Mi Desilusión

Valentin Von Harnicsh

¿A qué estado del alma pertenece el corazón fatuo que se ha de desdeñar?

Cuando sus lustres palabras, en triste verso, solas con la brisa siempre se van;

empañados ojos, marinados en azules y frías aguas, llueven en gris temporal;

mudos labios que no suspiran, ni musitan, ni imploran... a morir se han de echar.

¿Quién maldice la suerte del apostador que jugó sin as ni baraja marcada?

no se castiga en el infierno tanto brío sentido entre dos vívidas remembranzas;

no pueden pagarse penas en la brasa del purgatorio donde vence la esperanza;

no llega a conocerse el jardín de las delicias a la dicha fenecida que a ella no alcanza:

A cansancios apura la vida, al tiempo que sin nada que hacer, los sentimientos resguarda.

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.