Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Renacer del esplendor magnífico, genuino
Noche inacabada haciéndose escarcha
Viento húmedo que socava su refugio
Ligereza del ánimo exaltado me encarna
La eterna intriga que el alma suscita
Música divina, sucinta, incognoscible
Ojo que divide las diatancias inclusive
Voz vagando sobre la oscuridad tupida
Benefactora esperanza azul en el agua
Un beso imperecedero, contra el tiempo
Sombra donde me desvelo completo
Luciente amuleto que hayé yeno de fuego
Amor inmortal que ya es realidad del deseo
Pálpito sentido al oir el cántico del río, pauta
Pauta que emerge de entre el vacío
Un sentimiento tan veraz y beatífico
Gratificante anhelo de un cielo nítido
Aura esplendente que solamente sigo
Avance de flor alzándose hacia el Sol
Estreya danzante y senciya vibración
Consciencia constelada en lo altísimo
- Autor: Original Oriflama Infinita ( Offline)
- Publicado: 1 de mayo de 2023 a las 06:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: migreriana, Martha patricia B, Ed-win, Lualpri
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