Hubo traidoras y traidores en mi camino.
Llegaron a mi puerta como palomas heridas,
que ya no podían a las alturas sus alas elevar.
y yo, compasivo y misericordioso,
con mi vino y aceite, sus heridas curé;
vestí su desnudez con mis mantos de lino fino,
comieron los mejores panes de mi mesa,
en mis propias manos les di de beber,
y con mi vida les devolví la vida.
Pero, una vez que recuperaron el vuelo
a costa de mis cuidados silenciosos,
desde arriba, todas creídas, me miran y se burlan,
y cada instante me repiten: ¡no te conocemos!
- Autor: Chino el Seminarista (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de octubre de 2010 a las 00:51
- Categoría: Triste
- Lecturas: 173
Comentarios2
BELLO HABER PASADO POR TUS LETRAS TAN ESPECIALES .ABRAZOS .STELLA
sinceramente me ha agradado leerle...
espero tenga buenas noches..
kalita.
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