AVISO DE AUSENCIA DE Romey
Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Coincidencias incomprensibles concatenándose
suponen una sonrisa desbordada, sin el velo
de los hechos y pasos estrechos hacia lo incierto
que es el camino ético correcto ahí delante
Y en la montaña que conforma la gran pirámide,
sumergida bajo nieve, cimentada en el misterio,
los sueños van naciendo al reflejarse inmersos
en los espejos estelares dispuestos por el aire
Moradores donde nadie, susurros en el corredor,
luz cruzando entre canales azules, nubes de oro
en ojos de tiempo que convergen en nosotros
cuando vamos descifrando el código órfico
Una intuición innata, o sentido del corazón
con amor a todo, medio ausente el cuerpo sólido,
y tan presente como solo el Sol esplendoroso
en el celeste trono, sobre tal caos metamórfico
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Coincidencias incomprensibles concatenándose
suponen una sonrisa desbordada, sin el velo
de los hechos y pasos estrechos hacia lo incierto
que es el camino ético correcto ahí delante
Y en la montaña que conforma la gran pirámide,
sumergida bajo nieve, cimentada en el misterio,
los sueños van naciendo al reflejarse inmersos
en los espejos estelares dispuestos por el aire
Moradores donde nadie, susurros en el corredor,
luz cruzando entre canales azules, nubes de oro
en ojos de tiempo que convergen en nosotros
Una intuición innata, o sentido del corazón
com amor a todo, medio ausente el cuerpo sólido,
y tan presente como al este el Sol, que hoy
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