Ángel mortal.
Permites a los duendes soñar.
Eres el fugaz dial
de las noches estrelladas,
y el estrecho portal,
al donaire de las hadas.
Llegaste del oasis,
y sin conocerme,
plantaste bandera,
en los confines de esta tierra
sin matices verdes.
Y me extendiste la escalera,
al cielo de los poemas,
donde nos reencontraremos,
en el faro de la primavera,
y nos ataremos,
entre líricas de seda.
Nunca el pecho
me latió tan fuerte,
Nunca di por hecho,
que los mejores versos
los cocina la muerte.
Nunca quise encontrar la luz,
pero un Dios me levantó la cruz,
y envió a ese niño, que entre rimas
le hace diademas a una espina.
Nunca me atreví
a sentirme un lirio de río,
pero en sus ojos,
anhelo carmesí,
soy el cisne negro disociado,
entre la realidad
y la letanía
de ser la mitad
de una nueva vida.
Líneas van y versos vienen.
Hay camas que se abrigan,
y lunas llenas que se abstienen.
El amor profesado, late, se siente,
se vive, se consiente,
y se transcribe,
más allá de la muerte.
Ángel mortal,
tu aliento es vida eterna,
para estas pupilas latinas
embebidas en tu retina.
Mi piedra filosofal,
el néctar de tu suave trova,
capaz de transmutar,
paraísos perdidos en la alcoba.
Silvia Robles
- Autor: Silvia Robles (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de mayo de 2023 a las 19:28
- Comentario del autor sobre el poema: Amor a la poesía
- Categoría: Amor
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Romey, Miguel Ángel Miguélez, Lualpri
Comentarios2
Que bonitos versos.
Hermoso!
Gracias 🌺
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