EXPERIENCIA

Cuando eres joven te sientes invencible, como un caballo preparado para la carrera.
Te sabes fuerte y tienes por delante un objetivo por cumplir, o quizá varios.
Así que sigues tu camino a máxima velocidad y no te detienes ante nada, porque hay algo que sabes espera por ti del otro lado.
Cuando creces y maduras, entonces por voluntad propia, o por obligación, te pones a mirar lo andado y descubres algunas cosas de las que no te habías percatado…
Ahora te das cuenta que ya no necesitas correr. Que el impulso de juventud fue necesario para emprender el recorrido, pero ahora es tiempo de sentarse a contemplar aquellas cosas que siempre estuvieron pero no podías verlas. 
Ahora observas el verde del paisaje y hueles el perfume de las flores,  aprecias la fluidez del río y la fortaleza de la montaña, la simplicidad del viento y la libertad del ave. 
Ahora ya no quieres correr. ¡Ahora puedes volar!... con las alas del espíritu te elevas y con la fuerza de la experiencia te sostienes.

Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay