UNA FRASE INESPERADA.

UNA FRASE INESPERADA.

Aunque tú lo escondas, yo lo sé... Yo sé que cada noche, abrazada a tu pareja, te visitan mariposas soñadoras y que luego te engalanan primaveras perfumadas. Yo sé que hay una rosa más gigante que el jardín y un jardín que es incluso más grande que el edén.
Yo sé que por la noche los ángeles silentes son quienes te vigilan, envolviéndose entre sí para verse en tus pupilas. 
Yo sé que, tomada de ese hombre, la luna te hace un gesto de promesas por llegar, que de astro en astro todo se convierte en un recuerdo, en algo que, al volar, alas da a tu pensamiento.
Yo sé que, entrando en hondas horas, una nube te acompaña y que deja entre tus labios un vestigio de alegría, un sabor a poesía... un sabor a poesía.
Yo sé que el instante más profundo, no es aquel que estás viviendo sino el que en otro mundo se dibuja en tu silencio.
Yo sé que, entre sábanas acuosas, tu río es una gota que se aferra a tus entrañas, volviéndote a la sombra de quien besa a quien no ama.
Yo sé que, al abrirse tu ventana, el viento te susurra una frase inesperada, hermosa cual la llama del sol de la mañana.
Yo sé que tú me llamas sin llegar a las palabras.

Yo sé que, en los labios de ese hombre, también está mi nombre besándote en la boca, y que, haciéndole el amor, mi cuerpo es quien te abriga la esperanza y el sudor.
Yo sé que no me olvidas... y no te olvido yo.
Yo sé que no me olvidas... Yo sé que soy tu amor.