EPITAFIO

rodulfogonzalez

 

 

 

 

Con tu menuda y bien trazada letra, amada, deberás escribir en la lápida que colocarás en mi humilde tumba de olvidado de la fortuna material el siguiente

 

EPITAFIO:

 

-Aquí yace mi amado, el marabalero que quiso ser poeta, radiotécnico y doctor; el que amó a Platero, el frágil y cariñoso confidente de Juan Ramón Jiménez; a Chico Carlo, el amigo de la infancia de Juana de Ibarbourou; al Principito que encontró Antoine de Saint Exupery en el desierto y luego idealizó; a Selma, la eterna amante de “Alas  rotas”, de Gibran Khalil Gibran y a la poesía mirífica de Gabriela Mistral; el que admiró a Salvador Allende y sintió repulsa por el sátrapa Augusto Pinochet; el que galopó en los caballos de mar del poeta Francisco Lárez Granado y el que siempre hizo lo que no programó.

 

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Comentarios4

  • Mauro Enrique Lopez Z.

    Rodulfo saludo y placer leerte tus letras poética bendiciones

    • rodulfogonzalez

      Gracias, amigo Mauro, por firmar el libro de entrada a mi portal poético, siempre abierto para que quienes quieran visitarlo. Saludos desde mi amada Venezuela. Eladio Rodulfo

    • rodulfogonzalez

    • rodulfogonzalez

      Gracias, Omaris, por leer mi epitafio sin todavía haber entregado mi alma pecadora a Dios. Que tengas un feliz inicio de semana, Eladio Rodulfo

    • alicia perez hernandez

      Esta muy largo tu EPITAFIO... no le alcanzara la tinta y algunas coas se le olvidaran... mejor que solo diga '''aquí yace un poeta que me dedicó su poesía'''

      • rodulfogonzalez

        Esa amada existe pero en mi mente. Además, después que uno muere, como verás en el siguiente poema, da igual lo que ocurra:
        SEPULTURA
        Para el que muere en la guerra, bien mío –se lee en el Mahabbarata- es lo mismo el triunfo que la victoria. Y yo escribo: Para el que muere, le da lo mismo que lo entierren en una tumba de pobre, en un majestuoso mausoleo de gente adinerada, noble socialmente o de héroe histórico. O bien, que sus restos sean incinerados y lanzados al mar para que se confundan con sus aguas o en el sagrado río Ganges. O que no lo entierren y sus despojos sean devorados por los zamuros que siempre visten de frac, y cumplen en la tierra la misma función de la langosta en el mar, al limpiarlo de inmundicias, para después, cuando cae en la red del pescador, convertirse en apetitoso plato de los restaurantes cinco estrellas.
        Para el que muere, amor, le da la mismo que alaben su trayectoria en el mundo o que la ignoren y la llenen de ignominia.
        Para el que muere, bien de mi vida, le es igual que coloquen en su sepultura una rosa amarilla o roja o la cubran de abrojos.
        Para el que muere, amada mía, le es igual que coloquen en su tumba un epitafio o una rústica cruz de madera, como la de Jesucristo, o de metal, con o sin fecha de nacimiento y de deceso, en letra menuda o grotesca.

        Saludos desde mi covacha de sueños. Eladio Rodulfo González

        • alicia perez hernandez

          Pues mira!! ya muertos y si no dejaste por escrito como quieres tu sepelio? los vivos hacen como quieren y con lo que tienen... en fin ya muerto! no sientes, no sabes nada, que hagan lo que quieran.



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