Sombrío Mutismo

Kinmaya

Desde el lecho desando mis pasos hoy,
poco queda del día diáfano bajo mis pies,
algunas lentas aves colgando del cielo,
todo gira veloz con prisa de mundo.

Bebo de a sorbos mi plácida noche,
dejando que las estrellas se agoten,
suspiros acariciando latidos cansados,
labios sonrientes que se hacen tenues.

¡Oh!...alma mía, que arrastras mis días,
un confuso andar que me deja sombrío,
mi piel de hiel, llanto y estupor exhala,
muchedumbre que acalla en la oscuridad.

¡Oh!...mi serena alma, por fin te asomas,
mi piel se resbala en inútil cuerpo,
el sentir de una extrañeza renace,
los sentidos exhaustos yacen dormidos.

¡Oh!...alma mía que exorcizas mis ojos,
y calmas mi mutismo rebelde e inerte,
el mundo sangra mi asombro herido,
desnuda mi alma, ha de llevarse mis ruegos.

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