Remanso

 

Las cosquillas de mis rizos al azar

en el viento que alimenta tu sonrisa.

 

La guillotina que llegó para no hacerse de rogar.

 

El micelio empujado por la horda a enaltecer,

mi colección de fotogramas 

velados 

por el entusiasmo de tus tonos,

obligando a cosechar en pleno día.

 

Tras tanto arañazo y embestida 

con la piedra cruda, en caída libre

desde en cielo 

al que conveccionamos 

en aleteos de tórridos besos y lenguas reactoras, apagados por descargas

de 15 millones de voltios,

los orgasmos asesinos de cualquier razón pueril,

van frenando los cuerpos amoratados

             -  pero enteros  -

 

como balas al rojo abrazadas en mantequilla, 

hasta enriquecer con su descanso 

un remanso 

en la aridez de la llanura.

 

Seamos paz y versos al mirarnos

mar y arena en el textil de nuestros dedos

fresa y nata en las sábanas sudadas

familia para el resto de intramuros

y hombre y mujer en lo que habremos de pisar.