El ciruelo

el brujo de letziaga

Amarillo de la mimosa, coincidente al mismo tiempo,
con los tonos blancos y rosados
de ese ciruelo hermoso
que va buscando su primavera,
en el sendero del río, que recorre mi valle,
donde resuena el verso
que se llena con palabras sensuales,
justo antes de llegar al puente,
e incluso, veo a un pajarillo con plumaje esmeralda,
que vuela entre sus ramas en la media mañana
cortejando a esa hermosa chica
vestida de albura.

 

Y estoy pensando que,
pueda que existan los milagros de fábula,
cuando el mensaje de amor que envía
arde sutilmente desprendiendo tanto perfume.

 

Y así me recreó con las pupilas prolijas
en el gozo de ésta visión sublime,
cuando tu blancura me refleja una inmensa luz
en el feliz minuto de mirarte,
con tu desnudez al viento, y tu risa al cielo,
y tu elegancia, con su hermosura,
esperando la verde vestidura
que dé sombra al poeta.

 

Y con el tiempo serás ese cuerpo dulce en mi boca,
que probará las delicias de tu dicha
cuando aflore el placer de tu carne deliciosa
que al amor me incita.

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