El Día Que No Estés

EL DÍA QUE NO ESTÉS

El día que no estés,

los pájaros no cantarán.

El día que no estés,

el silencio en la ciudad se impondrá.

El día que no estés,

no habrá camino que deseé caminar,

no habrá paso que quiera dar,

y por supuesto,

no habrá lugar, más allá de tu recuerdo,

que sueñe visitar.

El día que no estés

será el inicio desdichado

de una prolongada vida

que será vivida

sin tenerte a mi lado.

Esa acaricia,

esa sonrisa, esa paz, esa mirada

que me alegraba y me mostraba amor

con el cerrar de tus ojos en el clamor

de un corazón apasionado

lleno de vida, de luz, de alegría,

mi guía en los días de felicidad,

mi cura en los días de dolor,

a ti te canto esta poesía

para decirte adiós.

Mi mirada apenada sabe que no te volverá a ver,

pero mi alma alegre, por que se,

que siempre estarás en mi corazón,

que siempre te recordaré,

y que ese recuerdo permanecerá vivo

hasta mi último latido.

Mientras mi corazón siga latiendo

estarás en mis pensamientos

recordando aquellos momentos

donde éramos compañía,

éramos amor, éramos alegría,

éramos poesía…

Y entonces, el día que no estés,

nuestras miradas acechadas

no mostrarán más te quiero,

dicha poesía se convertirá

en una estrella más habitante

en el silencio oscuro del universo del recuerdo.

El día que no estés,

una tormenta de tristeza arrasará mi alma

dejándola por siempre vacía.

El día que no estés,

planeta oscuro que gobernará mi existencia,

ese corazón que lucía de alegría,

ese corazón que rujía de felicidad

se convertirá en un agujero moribundo

que absorberá cada una de nuestras vivencias.

El día que no estés, yo tampoco querré estar…