"Éxtasis Celestial: La Fusión de Luna y Mar"

En la penumbra del ocaso, se alza el deseo ardiente, donde la luna blanca, se hunde en el mar donde se deshace suavemente.

Un encuentro clandestino, en la oscuridad del inmenso firmamento, dos almas danzan sin tregua y sin temor a desvanecerse.

Las olas, con su ritmo, susurran versos de pasión, mientras el fuego interno alimenta la consumación.

La noche acoge sus cuerpos, su unión sin tiempo ni edad, mientras el universo atestigua la lujuria de estos en soledad.

La luna, muda, acaricia con su fulgor, la piel entrelazada de un mar lleno de deseo y calor.

Susurra secretos cósmicos, al oído de su amante, en cada gemido, un poema, en cada caricia, un instante.

Las estrellas, envidiosas, observan con desenfreno, la entrega desmedida de dos almas en las dulce miel del placer .

El éxtasis se expande, como una ola sin freno, hasta que el cosmos se desvanece en un grito sereno.

En la amalgama de cuerpos, donde el amor se encuentra, la pasión se desborda, y el tiempo pierde su agenda.

El firmamento se impregna de suspiros, susurros y sabor, mientras la luna en el mar se funde, uniendo su esplendor.

En el suspiro final, en el abrazo que se deshace, el deleite se diluye en la basta noche, sin dejar rastro ni huella.

Y mientras la luna se sumerge, en su eterno vaivén, el mar y ella se pierden, en el horizonte del placer y el edén.

Con los primeros rayos del alba, el encuentro concluye, pero la pasión perdura, en cada noche.

La luna y el mar, eternos amantes de la noche, encuentran en la fusión, el goce de su derroche.

Así se entrelazan los cuerpos, en el éxtasis del amor, donde las palabras no alcanzan, y el gozo es su mejor clamor.

La luna cae al mar, se funden en un abrazo sin final, y el universo sonríe, al presenciar su acto celestial.