AMIGOS

Tomás Sánchez Rubio

Si mis amigos y yo fumáramos,

hablaríamos animadamente

como en un viernes perpetuo

de zaguán y caramelos,

jugando a esparcir

la ceniza por la comisura

de los años vividos

y apurando el cáliz de una eterna

famélica tarde otoñal.

 

Recordaríamos entonces

remotos amores,

simulando encandilarnos otra vez

por las punzantes brasas

de la pubertad demudada

y los ayeres profanados.

 

Si tuviéramos tiempo mis amigos y yo,

dibujaríamos una nueva línea de salida

en las arenas de aquella lejana playa

de la inocencia, la que perdimos

camino del trabajo un lunes cualquiera

durante el mes de las flores.

 

Si fumáramos mis amigos y yo,

echaríamos todo un pitillo de risas

-en todos los trabajos se ríe uno, oiga-

contemplando por la ventana

 el bonito jardín de enfrente,

creyendo divisar todavía un mar de palomas

comiendo en las manos de niñas y niños

que lloran un último llanto

con lágrimas de terciopelo marchito.

 

 

 

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Comentarios +

Comentarios1

  • alicia perez hernandez

    Versos inmensamente bellos rimados con lagrimas y una rica amistad entre amigos. saludos

    • Tomás Sánchez Rubio

      Muchas gracias, Alicia, amiga. Efectivamente, se trata de un modesto homenaje a mis amigos de la niñez. Un fuerte abrazo.



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