COMPENSACIÓN

Edmundo Onofre

Mamá, ruega por mí.

Creo que no entraré al cielo.

Anoche tendido de espaldas sobre mi cama,

con la vista perdida en el infinito

hice un balance de mis años,

hasta ahora vividos...

El resultado de éste fue negativo.

Al instante vinieron a mi mente

las nítidas imágenes de mis grandes pecados,

aquellas faltas que no deberían haber existido:

No estreché mi mano al que un día fue mi enemigo.

No ofrecí mi hombro a mis necesitados amigos.

No presté mi brazo a ese anciano abatido.

Ni brindé mi pecho para cobijar a aquella mujer

que me deseo en su lecho.

Ahora. Hoy, cuando ya es tarde,

me siento arrepentido de lo que hice,

 y de lo que no debería haber hecho.

 

Por esto... madre,

ruega por mí

tú siempre has sido buena conmigo.

Y si no es posible

cúbreme con tu manto blanco de abrigo,

asílame en tu alma,

quiero llegar al cielo contigo.

Sé que te sobra espacio

porque tú has compensado

aquellos pecados míos.

 

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