Ecos de Melancolía.

En el ocaso del alma, la tristeza emerge,
un río de lágrimas que fluye en la penumbra,
un suspiro melancólico que el corazón sumerge,
en un mar de sombras donde el dolor se alumbra.
La tristeza es un ave de plumaje oscuro,
que anida en el pecho, en su nido de aflicción,
sus alas abrazan el silencio con apuro,
y su canto susurra la melancolía en canción.
Como un invierno sin sol, la tristeza se despliega,
con susurros helados y abrazos de frío,
las lágrimas son perlas que el rostro riega,
en un océano de dolor donde el alma se desafío.
La tristeza es un laberinto de emociones,
donde se entrelazan recuerdos y desencantos,
sus senderos sombríos ocultan ilusiones,
y sus espinas punzan los sueños en quebrantos.
Es un jardín de flores marchitas y apagadas,
donde la melancolía cultiva su desolación,
sus pétalos caídos yacen en las miradas,
mientras el corazón se sumerge en la aflicción.
La tristeza es un lienzo pintado con tonos grises,
donde los colores vibrantes se desvanecen,
sus trazos borrosos expresan los deslizes,
y en cada pincelada el alma se estremece.
Como un eco lejano, la tristeza resuena,
en los rincones del ser, en susurros apagados,
es una melodía triste que el alma acaricia y envenena,
y en cada acorde, los sueños quedan olvidados.
La tristeza es un invierno sin final,
donde el frío abraza el corazón herido,
sus cristales de hielo reflejan el mal,
y el alma se sumerge en un dolor encendido.
Pero en la tristeza también hay belleza,
en su abrazo sombrío, la introspección se encuentra,
un viaje interior hacia la propia fortaleza,
donde el alma renace, donde la luz resplandece.
La tristeza es una llama que quema y purifica,
un puente que conecta al ser con su vulnerabilidad,
es la antesala de la alegría, una vía,
donde el corazón aprende, donde encuentra su verdad.
En el abrazo de la tristeza, se teje el aprendizaje,
en sus lágrimas se nutre el crecimiento,
es un portal hacia la profundidad del paisaje,
donde el alma encuentra su renacimiento.
Así es la tristeza, un poema en el corazón,
donde las metáforas expresan su riqueza,
un viaje hacia la luz, una transformación,
donde el amor y la esperanza encuentran su pureza.