La culpa es mía, lo reconozco sin excusas ni mentiras, por las heridas causadas, las lágrimas y las despedidas. Fui ciego y egoísta, no supe valorar tu corazón, y ahora me enfrento a las consecuencias de mi acción.
En mis decisiones equivocadas, sembré dolor y confusión, ignorando el impacto de mi negligencia y desilusión. Te hice sufrir, te lastimé sin razón ni piedad, y hoy me pesa el remordimiento, la culpa en mi soledad.
Lamento profundamente haber roto la confianza que tenías, y ser el autor de noches de tristeza y melancolía. La culpa es mía, lo asumo con toda sinceridad, porque sé que fui responsable de tu desdicha y pesar.
Me arrepiento de mis acciones, de mis palabras sin pensar, de haber dejado que la rabia y el egoísmo me hicieran actuar. Ahora cargando con el peso de mi error, te pido perdón, porque comprendo el daño causado y la importancia de tu perdón.
Sé que las palabras no borran lo que ha sido hecho, y que el tiempo no puede deshacer lo que fue deshecho. Pero desde lo más profundo de mi ser, te aseguro sinceramente, que aprendí de mis errores y no lo repetiré nuevamente.
La culpa es mía, pero también la responsabilidad de cambiar, de enmendar mis acciones y mostrar que puedo mejorar.
- Autor: Dave Estrada ( Offline)
- Publicado: 10 de junio de 2023 a las 02:42
- Categoría: Carta
- Lecturas: 9
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