Uno más entre el público

En la intuición de sobra lo que engorda y lo que no

repongo el cofre de mi sucio y vil trastorno

yo tan solo observador

cuando sucede la gran catástrofe que sin más se lo lleva todo, 

y ninguna de esas cosas volverá 

oculta en su recodo cerca de una certeza de tiempo inmemorial

que se enreda al paladar 

y lo hace en tromba 

como un ejército espontáneo surgido de la nube de este caos

que enseguida cubre un halo triunfante 

sobre el páramo ya atrás 

y el material en embestidas que conlleva el tanto vagar 

harto de quemarme tu piel en mi zona más neutra, 

oh profunda sapiencia, virtud de quien sueña 

despierto en su celda sin ver las paredes

que se adhieren al vértigo

de sentirse sin ti para siempre en letargo 

pautando las dosis un humilde descaro

con la vida en un frasco deseando que baje

sucumbida entre extraños que amigos parecen:

¿por qué no hay calendario que ofrezca a esta condena algún cese?

Llueve sobre el charco que ni tan solo refleja 

un pedazo de algo en la distancia impertérrito 

mientras voy cabalgando mi cerebro en miserias revuelto 

sin dar crédito al mensaje que del cielo caído

como un bálsamo fuerte a mis brazos te trajo de vuelta

una noche contando estrellas 

que tu puerta frecuentan, 

y ninguna de ellas brilla ahora

como tu corazón en su flor

haciendo gala del éxito 

que se goza en los bloques después 

del tránsito al equinoccio sin respuestas

en las cuestas subiendo 

tras un rastro de esencia

que en mi albor me subleva, 

interna canción de esta sed prisionera

por volverse una cuenta, la de errores que llevo

recién ebrio de versos de nuevo

si me asfixian los celos

y no admito consejos: rescatarme no puedes

del infierno que creo interiormente en mis sueños

cada noche que muero un poco más 

por tenerte tan lejos

inminente la ausencia de tu sombra delgada 

recortándose inmensa contra un campo un tanto irisado

por la bruma celeste

de jardines nostálgico mi sentido a esto acérrimo

mientras pasan los párrafos a ocupar mi gobierno

y ellos dictan sentencia de que tengo que verte

algún día a la vuelta de asuntos complejos

recurrente este bulto por el que eterno envejezco.