Si alguna vez me fallé
Pido perdón,
Si entre tantas piedras que recogí solo quedaron dos,
Pido perdón,
Por lo que fue, y por lo que no fue,
Por las veces en que mi destino fue renacer entre horripilantes cabernas inciertas,
Estas horas marchitas en la nada,
Inmenso horizonte inconcluso a la espera de un barco impetuoso,
Dos batallas para el final
Asumiendo la muerte eterna,
Brisa cristalina de la inmensidad
Desde los mas altos misterios
En un solo abismo
El paraíso.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.