La muerte se mira al espejo,
reflejando su rostro sombrío y viejo.
Observa con ojos impasibles su reflejo frío,
consciente de su poder, de su destino sombrío.
En su mirada hay un silencio profundo,
un recordatorio de que todo tiene un segundo.
La muerte no juzga ni se compadece,
simplemente sigue su curso sin oficio ni prece.
En el espejo, la muerte contempla su esencia,
la inevitabilidad de su presencia.
Reflexiona sobre su papel en la existencia,
recordando que es un paso hacia la trascendencia.
El espejo le muestra la fugacidad de la vida,
la fragilidad del ser humano en esta partida.
La muerte se reconoce en cada arruga y cicatriz,
en cada línea que cuenta la historia de lo que fue y no es.
Pero más allá del reflejo, la muerte también reflexiona,
sobre el significado de su misión silenciosa.
¿Es un final definitivo o un nuevo comienzo?
Un enigma que solo el más allá ha alcanzado a descifrar.
La muerte se mira al espejo y se reconoce,
como un paso inevitable en el ciclo que conduce.
Nos recuerda que la vida es un suspiro fugaz,
y nos invita a vivir plenamente mientras ella está.
Por eso, no temas a la muerte que se mira al espejo,
más bien, abraza la vida y vive con deseo.
Aprovecha cada instante como un regalo,
y deja una huella en el mundo mientras sigues tu tramo.
La muerte se mira al espejo, sí,
pero no olvides que tú también estás allí.
Atrévete a enfrentarla con valentía y amor,
y deja que tu vida brille con resplandor.
- Autor: Jessaim Malave (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de junio de 2023 a las 22:01
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Sierdi, Lucía Gómez
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