Llega junio deslizándose entre las piedras,
desata los cordones de la lluvia,
la niebla trae en la mañana
el canto de los pájaros
como un silbido de cristales escurridos.
Todo renace en la aldea marchita
y en el cuenco de la tierra hay agua
que brota de las fuentes del alma.
La niebla de junio se interna en mis cabellos,
vuelve a humedecer mi piel de lagarto,
la brisa se desmaya en la retina de las casas.
En la buhardilla abandonada del bosque
-esplendorosa habitación de murciélagos-
hay un postigo roto y comido por el viento,
y el moho le cierra sus párpados de madera
con la húmeda caricia del verano.
Se posa en mis ojos el gris
como un ave de nublado encanto,
como algo atardecido en mi cuerpo,
avejentado de rezos,
pero mi alma algo sabe,
y en vez de botar sus lágrimas al suelo,
se asen sus manos del borde de la dicha.
- Autor: Manuel Valles ( Offline)
- Publicado: 18 de junio de 2023 a las 14:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Alberto Escobar
Comentarios2
Que bello poema de nostalgia y dicha a la vez, me encanta tu poesía amigo, bien lo sabes, sigue subiendo tu excelentes textos, para disfrutarlos los que te admiramos. Un abrazo de oso y perdón por el silencio.
Gracias como siempre por tan bellas palabras. Me da gusto saber de ti, mi admirada poeta, me has hecho feliz el día. Un abrazo, amiga querida. Ya estaré en comunicación contigo 🌹
Me ha recordado a Alejo Carpentier... Un saludo Manuel,
Saludos, mi estimado Alberto. Muchas gracias por su comentario. Un abrazo.
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