La distancia distendida,
cera derramada en dos espaldas enfrentadas
sobre un chat.
Falanges divorciadas de sus metacarpos
- en huelga -
Reclamando la caricia
en potestad.
Recurrencias de carne en parrilla de edredones,
descalabradas artes que angostan placeres escondidos,
un frenesí de labios conjugados con mi límite animal.
La premisa de recordarte en el menester de eyacular.
Consolarme con la ola de entreserie
rabiando por entubar tu nombre siempre a más.
En stock, cajas de abrazos y remuerdos
que en los pasillos me hacen tropezar.
El remitente, la flor marcada de tu boca,
el mensajero que sólo yo consigo ser.
Sobrecarga de trabajo y aduanas.
La hoja de reclamación.
Copia rosa grapada en mi frente,
ojos sólo útiles al trasluz del desconsuelo.
El rastro bermellón que regatea todas mis huellas.
La factura al contado del salvapantallas de tu mirar
tatuada en la cara oculta de mis párpados.
Una fianza que proveé de polvo mágico
al hada que esculpe beso a beso
nuestras vísceras que se han de entretejer.
Meterse en el reloj con dos pedales,
forzar la maquinaria.
Preguntar con mimo y con martillo,
a las piedras,
- su secreto -
Saber de los achaques de los cantos rodados
que aún recuerdan aquellos ángulos y planos.
Desleírme en los segundos
que no atrapan a tu aliento.
La madriguera claustrofóbica
que a hiel destroza los segundos.
El Consuelo.
De saberte allí para mí por nuestro siempre.
Borra con miga de pan
el perfilado a fuego de estos versos.
Cansados de tanto interludio,
la obra ya merece comenzar.
- Autor: Golpe de mar ( Offline)
- Publicado: 19 de junio de 2023 a las 19:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Haz Ámbar, alicia perez hernandez
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