Adivino entre los osorios de mi cuerpo,
que los astros deben avenirse pronto..
Como a través de liviana marea
yo lo presiento en tus ojos.
Recurrente espiga que madura,
tinaja que al grano espera,
hoy tú eres del tiempo
una esperanza nueva.
Ya era hora, hado y fortuna,
murieran todos los miedos
y la flor naciera, ya era hora,
se cumpliera mi credo.
Y al fondo de tus labios
repecho y nadie me detiene,
atravesando los océanos
como nauta valiente.
Un corazón anegado del verbo,
una semilla de cristal;
tardes sin ti, que son veneno
y de tú amor la eternidad..
Intuyo en mi escasa huella,
que en la tinta pobre de versos,
habrá suspiros sin relegos
que no borrará el tiempo.
Codiciado aire de tu boca,
en galaxias tus ojos,
marfil pigmentan tus carnes
y en tu ausencia me ahogo.
Siento la poesía revuelta,
como invisible emana de ti,
raudal de estrofas desordenadas
que saben lo que decir...
- Autor: poetalibre ( Offline)
- Publicado: 23 de junio de 2023 a las 06:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Dante Cruz Velez, Texi, Alexandra L
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