Alma rota y una sonrisa

Fui siempre error desde existir
La anomalía del sistema
Un simple suspiro de mi anatema
El dolor incapaz de corregir

Aún sufro los fríos desérticos
La oscuridad de mil soles
De verme y no reconocer
Sentir sangre y ser vacío

Mis lágrimas son aire
Mirada ausente y una sonrisa
Pálido sin contraste
Frágil y complejo

Me baño en siglos
Sigo siendo nada
Murmullo y grito
La oscuridad me aparta

Siempre quise ver el alba, me esforcé ante las abdersidades escuchando solo mi voz, me impulsaba la insertidumbre y mis luces imaginarias.
Aveces creo que el amor fue un engaño de mi sistema para creer que era alguien más en el universo. 

El mismo universo me mostró la verdad.

Siempre fui y seré el esfuerzo impuro y el vestigio de un odio divino, un puño sin fuerza, la oscuridad al final del camino.
Soy Lo que existe sin sentido, sin dejar nada, la soledad me olvida. 
La muerte es mi merecido pero no creo en el fin de algo sin un principio.

Sigo odiando mi materia, odio mi creación al creer que el universo me ha congelado en la realidad.
Maldigo lo patético que es reconocer esta cansada carrera de inseguridad, esta implantación de conciencia.
Mi cerebro, mis células y cada sentido me rechaza, me escupe y me vomita, el respirar es menos importante que cualquier cosa. 

Ante todo el dolor de mi existir, me sigo preguntando, porqué dolió tanto las acciones y las palabras de aquellos que de mi se burlaron, cuando sabían que incluso para mi el reír era incomodo, porqué sus afiladas mentiras quemaron mi ser para dejarlo carbón.
No entiendo las razones pero sí las consecuencias, lograron en mi cortes y chispas que derrumbaron mis sentidos, mis emociones y deseos, cultivaron el horror de ver mis reflejos, ocasionaron estremecer mi alma al escuchar mi voz, provocaron náuseas y repudio de mi humanidad.
Después de toda estas pesadillas me convertí en simulacro y holograma de felicidad, de entendimiento, pues soy lo que descifra los sentimentos de allegados siendo yo indesifrable. 
Logro confianza y sensatez en desconocidos, cuando un mar de ganas, un volcan estremesiente quiere salir de mi boca, hay tantas palabras que deseo decir, cuando no hay oídos que deseen imaginar ni mentes que quieran involucrar mis historias. 
Calcule mi destino y concluye en la soledad, el cero entendimiento, deduce mi destino a un final sin más ni menos un final sin nada.