Seguridad en el trabajo

B. Yuste

De lo que le pasó a Don Periplo Replanchete

 

Don Periplo Replanchete,

Es un hombre singular

Casquivano y tozudete

Al que nadie le convence

Para hacer seguridad.

 

Hombre de fijas ideas,

Hombre que, está convencido

Que por mucho que preveas,

No te verás protegido

Por espabilao que seas.

 

Ya en su primer trabajo,

Empezó, con los problemas

Diciendo que no había majo,

Que con razones o lemas,

Le hiciera poner un casco.

 

Dos semanas, no transcurren

Que a trabajar, comenzara

Y un gran golpe se sacude,

Cuando elevaba una carga

Y, al botiquín pronto acude.

 

Don Periplo tuvo suerte,

En este lance primero,

Pues, aunque golpe fuerte

Solo le hizo un agujero,

Del tamaño de un juanete.

 

Lo trasladan a otro puesto,

En el que, debía usar gafas

Pero, como es tan apuesto

En el bolsillo las guarda,

Ni loco me pongo esto.

 

¡Pero maldita su suerte!

Si no llevaba dos días,

Cuando ya, Don Replanchete

Se produce una avería,

En su ojo más decente.

 

Como consecuencia, el ojo

En nube, se ha tornado

Y ahora mira, de reojo

Cuando no, mira de lado

Y otras veces, revirado.

 

Don Periplo Replanchete

Un puesto nuevo, ha estrenado

En el que, le exigen guantes

Y el, exclama cabreado,

Yo, sigo lo mismo que antes.

 

Y en la jornada primera,

Cuando estaba muy sudado,

Se le resbalo una pieza,

Cinco dedos, se ha cortado

Y otra vez, de baja empieza.

 

Le buscan un nuevo puesto,

Después de recuperado,

A ver si por fin en éste,

El tío tiene más cuidado

Y se porta como el resto.

 

Pero, el fiel a sus razones,

El delantal no se pone,

Y no valen, los sermones

Que le echan, y supone,

Que todo son invenciones.

 

Claro, ocurre lo inevitable,

Que en el ombligo se corta,

Haciéndoselo más grande

Pero él dice, no me importa

Me gusta más así, que antes

 

Al trabajo ha regresado,

Y allí, botas debe usar

Pero él va, con su calzado

No tardándose en cortar,

Quedando muy mal parado.

 

A pesar de éstas lesiones,

Don Periplo, no se aviene

Ni admite las protecciones,

Y a toda costa sostiene, que

El destino, es quien dispone.

 

Don Periplo, a todo esto,

Hecho un cuadro ha quedado,

Pues, no palpa como el resto

Los ojos, se le han cruzado

Y, no puede andar derecho.

 

Hasta aquí, lo que yo sé

De este hombre sin igual,

Que nunca, pudo entender

Que la seguridad, como tal

Solo bien, le puede hacer.

 

Moraleja

 

Quien al destino, confía

Sus deberes y cuidados

Ha de terminar, su vida

Con problemas agravados,

Sin remedio, ni salida.

 

  1. B. Yuste
  • Autor: B. Yuste (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de junio de 2023 a las 18:13
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 8
  • Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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