Estatua de sal

Francisco VV

La ciudad era fuego, luz, calor y humo.

Solo alguien se atrevió a parar y mirar tras suyo.

Solo en siete segundos logró mirar

 

A través del humo de la desinformación

calor del silencio y la omisión.

A través de la luz de la ceguera y la negación

fuego del estigma y la demonización.

 

Solo en siete segundos logró mirar.

Mas, por mirar y/o escuchar lo que no debía,

se convirtió en estatua de sal.

Feliz el hombre o la mujer estatua de sal:

quien ayer fue persona non grata, temida y odiada,

hoy es querida y admirada por buscar la Verdad.

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