La ciudad era fuego, luz, calor y humo.
Solo alguien se atrevió a parar y mirar tras suyo.
Solo en siete segundos logró mirar
A través del humo de la desinformación
calor del silencio y la omisión.
A través de la luz de la ceguera y la negación
fuego del estigma y la demonización.
Solo en siete segundos logró mirar.
Mas, por mirar y/o escuchar lo que no debía,
se convirtió en estatua de sal.
…
Feliz el hombre o la mujer estatua de sal:
quien ayer fue persona non grata, temida y odiada,
hoy es querida y admirada por buscar la Verdad.
- Autor: Francisco VV ( Offline)
- Publicado: 28 de junio de 2023 a las 13:31
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios1
interesante final compatriota...
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.