Obvio secreto.

...Fue entonces que te miré por vez primera, fantásica, amorosa y plena.
Llegué a escuchar del capricho del momento: ese que te pone a la tentación misma.
Afrontarla, el único remedio.

Cual vino en barricas se añejó ese beso que estaba escrito,
por más de un año salió el aviso y de mis manos el calor de tenerte en un abrazo largo y tendido...
lo sabías, no seríamos solo amigos.

Sin el faro de tu mirar divagué por seis meses, de alma en alma, de puerto en puerto.
No me creía amigo del destino, hasta que en una llamada mediante la luna supe, cambiaría el fin y la fortuna sería justa.

Perdido entre pasiones falsas encontré mi deseo de verte. Cayendo en la trampa del alcohol, fue que una cerveza nos empujó a los brazos del otro, valiente entonces tiré el primer beso a tu deseo, sin esperar que tu piel respondiera antes de tiempo.

Nuestras lenguas se contaron en obvio secreto que eramos indicados, nuestra imaginación celosa quizo llevarse el espectáculo moviendo nuestros dedos por el pecho, mi boca por tus senos, tus piernas a mi cuello. Buscabas aire y yo te ayudaba con mis besos.
Tan lejos volabas que te estirabas a tocar las estrellas con tus manos, me querías cerca, tus muslos atraparon mi cabeza.
Necesitabas el rezo de mi erotismo en tu altar y yo, ante la sed de tanto orar, bebí de tu fuente el agua fresca de manantial.

Fue perfecto el mirarme dentro de ti, salir de tu boca, y tu piel apropiándose de mi sudor, sonreías pues del baile a nuestro son llegaste a tu punto ideal, gritabas: gracias vida por dejarme brincar de alegría y yo, envuelto en la maravilla de verte brindar por esa noche, de saberte especial, saberte viva.

Tocaba tu alma a cada paso en ti, vibraba la cama de tanto ser feliz, la pluma mia ahora emocionada de tanto bailar con la hoja me ha hecho cantar, tu nombre coreado por el viento me abraza, me seduce, me calma...