**~Novela Corta - La Burbuja de Cristal - Parte II~**

Zoraya M. Rodríguez

Cristal, sí, él mismo, sólo se desafió en la forma y manera de creer en un sola súbita muerte en la transición o transformación de hombre a mujer y que se llamará la famosa Cristal, la más bella mujer que existe en la vida de un travesti. Cuando ocurre el transitorio de lo más eficaces de los momentos cuando se torna exasperante el instante en que ésa belleza de mujer realiza el ̈show ̈ de la burbuja de cristal. Y siendo ésta la pura sensación de creer en el embargo sólo quedó como el delirio delirante de quedar en el transitorio instante de hacer cambiar su cuerpo en nada más y nada menos que en una mujer y muy hermosa. Cristal sólo intensificó su estancia en El Corazón Vivo, una y verdadera transición cuando ocurre el desastre en ser una mujer. Y levantó brazos y abrió piernas sin antes vestir su cuerpo como toda mujer travesti, se maquilló los ojos, los labios y los pómulos de tal forma que quedó hecha toda mujer del travesti, luego se vistió cuando logró poner sus medias, dijo Cristal, que sus medias son como las nubes del mismo cielo. Y logró poner en marcha su silueta y más que eso su cuerpo vestido de mujer y fue un travesti con ímpetu y con un recelo de vida. Y lamentando un cambio drástico en su existencia se vio Cristal en la burbuja de cristal. Y llamando a su público que le ovacionó con aplausos así entró Cristal hacia el nuevo universo que le esperó por siempre y por una década pensando sólo en ser una verdadera mujer. Porque cuando sólo piensa en el cambio drástico de su persona y presencia automatizando la espera en ser aceptado como toda mujer travesti. Cuando se siente como el suburbio en el mismo corazón latiendo fuertemente en la tarima donde es fuerza y voluntad porque así lo requiere el destino y más su propio camino. Cuando en el afán de vanagloria, fama y orgullo se desafió un cometa de luz, como el del universo, y como el del juego del amor. Cuando en el instinto se forjó el delirio frío como el de creer en el alma muerta por nervios y por ser aceptado como toda mujer en la misma sociedad. Cuando se fue de rumbo incierto como la costumbre en entrever el desafío y llegó Cristal hasta El Corazón Vivo. Cuando en el alma no calmó el sólo mal desenfreno de enfrentar su vida y su existencia sino que tuvo que lidiar en buena lid con un tumulto de protestas frente a El Corazón Vivo, en la avenida más transitada por gente elocuente que sólo desea vivir como toda persona. Si el ingrato momento sintió el sólo deseo de gritar, pero, el dolor calmó todo grito y las lágrimas se derraman por dentro si fue como sentir y percibir que su debut fue un triste adiós, cuando logró ver a toda esa gente con pancartas queriendo la salida de ese local llamado El Corazón Vivo en la avenida más transitada por turistas. Cuando su vida, sus maquillajes caen al suelo como un río llega al mar, como una nube densa y negra en el mismo cielo, por donde se pasea la tormenta y la triste y negra tempestad. Y sus vestidos rasgados por el tumulto de gente que por correr le rasgó la vida y más que eso la esencia y la percepción de creer en que ser una mujer y con tacones de colores, sólo lo llevará al fracaso. Y logró la autoridad controlar el tumulto de gente, pero, en el siniestro cálido se vio tristemente abatido y herido como un hombre y un ave sin alas para volar, sin misericordia, sin paz y sin condescendencias autónomas en poder creer en el desastre venidero en dar la tranquilidad y la paz que se necesita en ese momento ingrato. Cristal logró reponerse de ese suelo donde cayó con el tumulto de gente, pero, no logró una cosa y fue como el haber roto su tobillo con los tacones por correr lejos de allí de El Corazón Vivo. Si en el trance de la verdad corrió como corre el semental, pero, con algo de picardía porque como él dijo anteriormente, es un pedazo de cristal y si se rompe queda roto su pobre y débil corazón. Y así fue. No se le rompió un tobillo sino el corazón lleno de pedazos con cristales rotos. Y sucumbiendo en el delirio imperfecto, pero, muy perfecto de creer en el estado en que quedó Cristal después del tumulto de gente corriendo en El Corazón Vivo. Y las luces de colores dando color quedaron en eterna oscuridad. El Corazón Vivo quedó inerte, inmóvil y tan destrozado como el haber ocurrido un huracán en el interior de ese local. Y el alma de Cristal, quedó con su burbuja de cristal quebrada, rota y desinflada como se desinfla un globo y tan explotada que la burbuja de cristal y su identidad quedó zozobrando. Y en ir y venir lejos de aquél tumulto, se electrizó la forma de que su alma se opacó como aquellas luces de colores y trascendentales que cubren el local lleno de ánimo, alegría y felicidad. Y Cristal quedó como un pedazo de cristal roto en el suelo, era su debut triunfante, su alegría y su fantasía hecha realidad, pero, algo pasó y Cristal sin saber nada cuando la gente en tumulto invadió el local y hasta los predios de El Corazón Vivo. Cuando en el afán de creer en que la gente se abrió como descender de una burbuja de cristal que al llegar al suelo rompió su delicada fortaleza si fue como un alfiler en el mismo suelo. Si en el combate de dar en luces caídas una rica salvedad y en volver a brillar sólo le quedó inflar, otra vez, la burbuja de cristal, pero, quedó desinflada, rota en el suelo y siendo sólo una burbuja como lo que deja el mar una sola espuma. Y Cristal se dijo una vez más, -¨es un castigo de Dios¨-, cuando sobrepasó y deliberó más que la voluntad de Dios. Si en el desafío y en el comienzo innato de creer en el comienzo se empieza desde cero, cuando en el combate de creer en el delirio se edificó más la forma de crecer como aquella burbuja de cristal en que fue su primer debut como un travesti. Cuando en el alma de Cristal, se vio como el gran imperio o desafío inerte e inmóvil y se fue Cristal hacia su oscura habitación, cuando pensó en renacer, en crecer como la espuma e inflar a la burbuja de cristal como ya lo había hecho y realizado. Cuando en el afán de creer en el alma se vio como una burbuja rota, pero, no, no creyó en renacer tan veloz como es feroz el viento. Y su insistente corazón le abrió todas las puertas hacia el mismo universo, hacia el mismo firmamento cuando ocurrió el desastre fatal de ese tumulto de gente en la discoteca. Y creó a una mujer atrevida y sagaz, y con un tormento entre sus piernas y un deseo vivo a muerte segura. Cuando en el cuerpo templado y de pertinaz alma, se electrizó la forma de creer en el alma segura y por un espanto seguro. Si Cristal se dedicó en cuerpo y alma en hacer creer en la descendencia impertinente en hacer creer que el tumulto de gente, sí, se edificó la vida y más que eso en el veraniego momento en que ocurre el trance perfecto se dio el freno de la vida hacia una nueva existencia. Cuando en el afán de creer en el alma de Cristal, se sintió como tan suave y delicada, pero, fuerte en el afán de creer en el trance perfecto en dar una sola señal de comienzo, cuando Cristal decide comenzar desde cero, otra vez. Si la burbuja de cristal, se edificó el alma de una sola mujer en el campo de la belleza, de la hermosa vida, y de lo lindo del camino. Y Cristal se aferró al desconcierto, al frío inerte en la piel mortífera como luz de luna y como el calor de un sol que sólo brilla para ella, otra vez. Cuando en el desierto efímero en poder creer en el alma a ciegas se vio Cristal como el reflejo de cristal o como un espejo sobre su propia alma. Si a Cristal le ocurrió el desenfreno frío en querer amarrar el ocaso de todo un sol venidero, cuando se va la intensidad en un nuevo mañana cuando el porvenir quedó como el mismo instante frío de un nuevo ocaso. Y el sol salió como sale en crepúsculo en poder sanar la verdad fría en amar lo que acontece cuando amanece la frialdad en rocíos nuevos en hierbas mojadas y humedecidas de un sólo espanto. Cuando ocurre el total y amargo sabor de un instinto delicado y tan suave como el algodón o como esas nubes por donde pisa Cristal o como sus propias medias adornadas con el mismo cielo. Y en la oscura habitación corrió el llanto más negro por el maquillaje de Cristal, y se dedicó en cuerpo y alma, en amar a su profesión y más en ser un feliz travesti. Cuando en Cristal y su letal y mortífera luz, se edificó como el tormento en abrir la luz de sus propios ojos maquillados y como un cometa de luz veraniega. Y Cristal quiso ser como órbita lunar desencadenando las amarras del corazón y las cadenas de un sólo mal deseo. Y Cristal en un dime y direte entre su alma y su corazón, se fue de lunes a viernes, olvidando las cadenas que atrapan a su débil corazón e insistente alma de aquel mal tiempo en que cayó y explotó como la burbuja de cristal en el suelo. Y, Cristal, decidió en ser como la aventura más deseada de todos los tiempos, y de todas las comarcas cuando en la comitiva de un sólo sueño deseó ser como el mismo imperio sosegado. Y tan impetuoso fue el vil momento en que sólo el delirio frío quedó como cayó en redención, Cristal. Y se identificó como Cristal, pero, su propia identidad era la de un hombre. Un hombre solitario, el cual, se aferró al desastre cruel de caer, pero, se levantó como un total roble. Cuando Cristal quedó como un sólo desastre de creer en el convite en dar una crueldad de su propia existencia en decadencia. Y Cristal se vio fría y tan álgida como el mismo hielo o como el propio pedazo de cristal roto en el suelo. Y en aquella oscura habitación en que pensó e imaginó el trance de la verdad, se vio friolera e insípida como el torrente de la fría verdad. Y sólo imaginó el deleite y el frío desenlace de un sólo mal convenio cuando ocurrió el mal y lo más cruel y fatal de un sólo mal momento. Cuando en el alma de Cristal se juega un sólo juego y es como el fuego que arde y que quema, como el sortilegio amando lo que nunca. Si en el trance de la vida se recreó como el mismo tormento en que debió en dar un sólo mal sortilegio. Si en el desastre de creer en el combate de una guerra entre el corazón y la razón y fue el amor entre el odio. Cuando en el delirio delirante en dar una sola salvedad Cristal se vio fría como la rosa marchita. Y Cristal se fue de un frío hacia un sólo calor, con un sólo dolor y con un sólo amor por el amor real en cada perfume, en cada uña larga y en cada postizo de cabellos de color rubio, cuando en el alma se vio como el principio y no como el final, cuando creó en esa oscura habitación a ésa mujer llamada Cristal y a la burbuja de cristal. Si en el ademán frío se intensificó más y más si fue como abrir el deseo o como barrer el tiempo en el mismo suelo donde cayó Cristal como pedazo roto de vidrio o de un cristal como fue hecha la burbuja de cristal. Y Cristal como que se fue de rumbo incierto cuando en el afán de dar una sola señal se vio como el frío inerte o como el desafío inconcluso en dar un sólo mal camino cuando cayó en redención a su pobre corazón. Y deleitando lo desfavorable y el desenfreno directo en caer por el risco de un tormento frío se vio Cristal como el tiempo sin horas favorables se enalteció de un rumbo incierto como lo imposible de dar con una sola verdad y fue que por levantar su cuerpo y su mundo quedó como principio sin final. Si Cristal y su instinto se aferró al deseo, y al tiempo nefasto de unas horas inertes como lo fue andar lejos de lo falso. Y siempre con la ìmpoluta y pura verdad se aferró Cristal, hacia el nuevo delirio de un tiempo en que el juego del amor se atrapó como presa de araña en la telaraña. Y quiso tener un amor, Cristal, pero, se fue de ritmo y de mal tiempo cuando ocurrió el mal deseo y la euforia en una nueva voluntad. Si el tiempo se aferró al desastre de creer en el alma sosegada de Cristal, y como burbuja de cristal sobre el tejado o el techo efímero en dar lo imposible se dio lo más nefasto de todos los tiempos un amor, pero, en ser la mujer que era y que quería ser, Cristal. Cuando en el suburbio automatizado de un espanto inseguro, se vio Cristal como el más desafiante de los momentos, cuando ocurrió el peor de los desastres el haber caído como la burbuja de cristal sobre la tarima en la discoteca El Corazón Vivo. Y era su debut como un travesti, y quedó muerta de espantos la mujer que se llama Cristal y que es un travesti de los que se atreve a desafiar la vida misma. Y en esa oscura habitación se vio Cristal como un transeúnte atropellado, herido, y pulsantemente, pulso a pulso, gota a gota, como la sangre derramada sobre el suelo. Y, así, se sintió Cristal como insípida, ignorante, pero, atrevidamente hermosa y con todo maquillaje derramado por el delineador de los ojos y quedó con lágrimas negras sobre su bello rostro. Cuando el alma sosegada de Cristal y por un terrible espanto, quedó maltrecha, y débil y rota como un pedazo de cristal o de vidrio en el mismo suelo por donde cayó rodando desde la tarima en que pisó con tacones altos y de colores y con medias como las mismas nubes del cielo con un adorno, el cual, le fascina y encanta a Cristal. Si en la insistencia y presencia de Cristal, se vio formando a toda mujer sobre la tarima, pero, quedó algo y fue la felicidad de Cristal sobre el rumbo incierto de acogerse como un travesti sobre el imperio de la burbuja de cristal. Y Cristal se vio mortífera y fría como el tiempo, pero, como el más de los tiempos quedó Cristal como el mismo cristal roto y compungido de tal forma y de tal manera como el peor de los casos. Y quiso ser como el mismo tiempo en esa oscura habitación en que no salió jamás porque en realidad que su vida quedó como la mortandad si era su debut como travesti, pero, el tumulto de la gente exhortó lo que nunca una sola pancarta que quedó donde cayó en bruces Cristal en la misma tarima en la discoteca El Corazón Vivo. Y porque el instante se dedicó en ser como la misma fuerza y de la misma naturaleza de su insistente reflejo, cuando ocurre el trance de la verdad efímera de su cuerpo y de su instinto en ser una bella mujer y deseando dejar de ser un hombre. Y Cristal se dedicó a ser como la fuente de agua y de un misterio cuando su identidad nunca fue revelada ni sin saber que el tiempo se escurre como el más de los nefastos tiempos. Cuando en el alma de Cristal se vio como tan real, pero, indeleble como impetuoso es el tiempo. Si en el instante entre el amor y el odio de Cristal, se vio efímera su mente, pero, con un llanto imperceptible y como un maquillaje derramado desde sus ojazos, pero, bien maquillados. Y en esa oscura habitación se dio lo más nefasto y oscuro de los tiempos cuando quiso reponerse del dolor, pero, su suerte no pudo más.       



Continuará……………………..………………………………………………………………

 

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez

EMYZAG

  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 1 de julio de 2023 a las 00:04
  • Comentario del autor sobre el poema: ~ * ~Sinopsis: ~ * ~La burbuja de Cristal, es una burbuja creada misteriosamente para proteger su verdadera identidad, o sea, es la vida de un travesti…Mi #15 de novela en el año 2023…Mi #133 de novelas hasta en el año 2023…
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 2
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.