**~Novela Corta - La Burbuja de Cristal - Parte III Final~**

Y la suerte para Cristal le parece que no fue muy certera y tampoco la certeza de la verdad de su propia voluntad. Si Cristal está destrozada, malherida y dolorida, con ese revés de su tobillo. Cuando en el afán de creer en el tiempo y más en ese mal suceso que le ocurrió a Cristal, se vio como el mismo tormento y como el mismo pasaje de ida y sin regresos. Porque cuando en el afán de creer en el tiempo pasó un lustro después de ese suceso y qué hizo Cristal, pues, en esa oscura habitación, decidió en ser una mujer como nadie más. Si el alma y la luz de esa alma, se edificó como el mismo tormento o como la misma insistencia de creer en la noche fría en esa oscura habitación. Y en esa oscura habitación fue como rendir la fuerza y la voluntad y unir secretamente la identidad de Cristal con la burbuja de cristal. Y deleitando lo favorable de un tiempo en que se cuece el amor por ser sólo un travesti. Si en la noche se siente como se percibe el deseo, y la fuerza y la voluntad en poder levantarse y recuperar el tiempo en ser la burbuja de cristal y ser una mujer verdadera. Y la burbuja de cristal un disfraz de Cristal para proteger su propia identidad se vio rota en el suelo como pedazo de cristal o como vidrio roto en el mismo suelo por donde cayó desde su primer debut. Cuando en el embate de dar una fortaleza se vio como la fuerza y voluntad en querer levantar su cuerpo y más su imagen por delante y más en el interior, cuando el sol brilló por la ventana y se dijo, Cristal que, -̈el sol brilla aunque haya tormenta, aunque haya lluvia, y más para todo el mundo ̈-, y se levantó de la cama, y sintió dolor en el tobillo y se intensificó más el complemento de su disfraz con el antifaz de la burbuja de Cristal si todo le había quedado roto, pero, se arregló su imagen y fue para el local El Corazón Vivo. Y cuando fue para allá, el corazón estaba muerto, compungido, el área desolada, y devastada por el tumulto de la gente. Abrió brecha y camino y dijo que, -̈vamos chicas, vamos chicas a levantar El Corazón Vivo, como lo que era antes, seremos más fuertes y más vulnerables, pues, nuestro corazón muerto está, pero, aún sigue vivoooooo… vamos chicas…¨-, cada una levantó una silla y una mesa y las luces, ¡ay, de las luces!, quedaron brillando en el tiempo y más en los ojos de cada una de las chicas travesti que se hallan allí levantando con fuerzas y con ímpetu al El Corazón Vivo. El Corazón Vivo fue hasta mejor que antes, con tecnología integrada para poder tener sexo, y con una ventana abierta para poder hacer brillar el sol de noche, porque ellas eran como el mismo sol en la tormenta que se les vino encima con el tumulto de gente sobre El Corazón Vivo. Cuando en el corazón se abrió de par en par, y como la pureza de la verdad, se vio como la señal esperando como la vez aquella en que la burbuja de Cristal, estuvo rota como en pedazo de cristal en el suelo, pero, ésta vez su segundo debut brillará como nunca antes. Y así se dedicó en ser Cristal como un cristal débil, compungido que puede perecer en cualquier momento, y que puede romperse en cualquier instante con tan sólo tocar a su débil corazón. Si la fortuna de Cristal era su identidad, y siempre ocultó con la burbuja de cristal, y Cristal como el desastre de romper el estandarte se vio como friolera y como insípida, pero, muy indeleble e insuperable. La fuerza de Cristal se volcó como ser la cálida voluntad en ser una mujer bella y muy hermosa y con el poder que desea siempre la mujer. Cristal se electrizó la forma de creer en el alma sosegada y de un sólo espanto porque cuando llegó la noche y cansada y abatida de realzar la vida del local El Corazón Vivo, quedó extenuada y cansada y su tobillo más doloroso que antes, pero, continuó la vida. Y Cristal con la burbuja de cristal, sucumbiendo en un sólo delirio sosegado en creer que el ¨show¨, y su debut era de primera perfección, pero, hubo otro travesti más impetuoso y con    más colorido y con un disfraz más trascendental y más vistoso. Cuando Cristal se siente como desapercibida por la vida, pero, su debut fue uno solo el de comenzar la vida, y después de ese primer lustro en que se convirtió en un sólo mal desastre desde aquel tumulto en que irrumpió en ese mismo instante en que su debut fue un sólo adiós. Si en El Corazón Vivo, se enalteció por tanto y por demás en que casi se debió de dar una salud comercial cuando el local fue muy visitado después del mal acontecimiento. Y no fue un yerro o tan erróneo el debut de Cristal con la burbuja de cristal, si acechó el trance perfecto y tan imperfecto que quedó divagando en el local estupefacta Cristal, por el cambio drástico que tuvo el local El Corazón Vivo. Cuando acechó el delirio y la paz en que el desafío quedó como órbita lunar atrapando el deseo y más la vida de Cristal teniendo en cuenta que la paz viene y le llega desde muy adentro y desde su propio interior quiso ser como el cristal, sobrepasando hasta la voluntad de aquél Dios, que como el cristal irrumpió en la claridad de deseos nuevos. Y Cristal fue y será como la nueva descendencia, transmutación, y deliberando la nueva comarca de travestis fue como el dios vivo de El Corazón Vivo. Cuando se abrió el deseo en un convenio vivo, y el más de los tiempos se entregó en cuerpo y alma, vida y corazón en ser la mujer que fue y será: Cristal. Y caminó una mañana reposando del día anterior en buena forma y manera por el lago de color verdoso. Y fue cuando se sentó en el banco, un banco lleno de hojas de otoño, y como la alfombra de hojas de otoño su vista se llenó de color como el marrón, deliberando que la primavera es de colores como el local llamado El Corazón Vivo, pero, ésta vez se electrizó su forma y quiso ver al cielo, pero, el cielo estaba lleno de nubarrones, por una tormenta que se avecina en la zona. Y el área del lago se vio lleno de una alfombra de hojas del otoño y de ese equinoccio que pasa en el presente de Cristal. Y Cristal sin la burbuja de cristal, de ese local que la hace tan feliz, sino con su identidad de hombre paseó por el lago por última vez siendo hombre y pensó y decidió en ser Cristal por siempre en la vida. Y regresó a la oscura habitación donde se dio todo como comienzo total, cuando en el afán de creer creó a Cristal, de la mujer de que estaría tan enamorado y de sí mismo, que consiguió lo que nunca y que su capricho exótico en ser una bella mujer en que logró, gracias a su imaginación y a su pensamiento innato cuando creó e imaginó a Cristal y la realizó viva y con un tormento de esos en que se vive con la insistencia en persistencia. Y sin felonías ni traiciones entre un travesti, lo confesó en esa oscura habitación que sólo desea ser una verdadera mujer y que se convertirá en transgénero y que cambiará su sexo por una vulva de mujer. Y para sentirse mejor y más cuidada y sin tener que esconder esa cosa entre las medias más bonitas y fascinantes de todos los tiempos, ¡ay, de las medias!, más deseadas y más bonitas y de todos los tiempos, sí, como el cielo mismo. Ingrato era el tiempo, pero, era hermoso recuperar tiempo perdido, y ya había pasado un lustro desde que el destino irrumpió su primer debut y el segundo fue peor, hubo un travesti mejor presentado que la burbuja de cristal. Y, Cristal, siendo un travesti, y en esa oscura habitación cree en ser una verdadera mujer cambiando completamente a su sexo. Constató a un médico, y no a cualquier médico sino el mejor de todos los tiempos, y quiso ser una mujer, pero, no cualquier cosa de mujer, sino hasta poder engendrar a una criatura y poder gestar en su vientre a un ser humano, y como toda mujer de la vida real. Y Cristal se vio en la encrucijada de dar rienda suelta a ser una verdadera mujer. Y piensa en la oscura habitación en realizar el cambio pertinente para lograr que sus sueños se hicieran realidad. Y quiso ser como Venus o como Afrodita, pero, en vez de intercambiar sexo, un sólo sexo y era el de la vulva de una mujer. Y, Cristal, realizó su primera presentación de mujer travesti, si ya su segundo debut había pasado, y su insistente corazón quiso ser una bella mujer, pero, el cosito entre sus piernas no lo deja en ser una verdadera mujer y se dijo entre aquella oscura habitación que el reflejo no logra ni cambiar la luz que habita en su poco interior. Y quiso ser como la luz del sol, pero, brilló tanto y por tanto en que logró encender y revivir el latido de su corazón con tan sólo una mirada de aquél hombre en el lago, sí. Y, sí, que lo mira, y lo desea amar, pues, en la penuria edificando a su persistente corazón y deseando amar como toda mujer a un hombre, pero, ése hombre no era homosexual ni trasnsexual ni asexual ni bisexual sino heterosexual. Y Cristal lo desea amar y más que eso conocer en su interior, pero, como mujer y no como un travesti. Y deliberando lo que acontece una sola penuria y soledad, se miró a los ojos con ése hombre heterosexual, que sólo desea ser amado como todo hombre, pero, aunque Cristal está con su verdadera  identidad, invita a ése hombre a pasar por El Corazón Vivo, sabiendo que es una discoteca de travesti, y se impuso su corazón, su latido, y su insistente amor por ése hombre que apenas conoce en el lago cerca de la discoteca. Y así fue el amor y la bondad en creer en la imposibilidad de dar una sola señal efímera, pero, certera en el amor.              

Y, así fue, llegó el inesperado lunes para el cambio de sexo de Cristal. Y Cristal nerviosa como todo ser que entra al quirófano de operaciones, a edificar su mundo, su insistencia en ser creada como toda mujer, y poner en su pecho implantes de senos, y lograr ser toda mujer verdadera. Y siendo capaz de solventar la vida y más el comienzo en ser creada como una mujer quedó desorbitada, pero, muy dolorosa en el área genital de su cuerpo. Cristal fue y siempre será la mujer del aquél hombre que conoció en el lago, pues, el comienzo de la vida juntos fue y siempre será el comienzo en El Corazón Vivo, sí, en la discoteca en que un día lo invita a ver el ̈show de Cristal ̈. Y la mujer que se sentó al lado de ése hombre fue una bella y verdadera mujer con un maquillaje, con uñas largas y tacones de colores y cabello real. Y se fue por donde comienza la vida, y el amor a renacer en el sólo corazón de Cristal. Y Cristal fue amada como toda mujer, y con todo silencio de su alma, de su corazón y de su mundo, y dejó a un lado los pantalones, por las faldas de mujeres, y se tornó exasperante su cometido en nunca más caer de rodillas sino con pies firmes y decidida en ser una mujer total, y casi incierto en su parecer fue una bella mujer. Porque en el interior y más que eso desde su poca insistencia como una mujer real, quedó como reina y no como princesa de un cuento sin fin. Y Cristal amó como nunca a ése hombre que conoció en el lago y fue madre y más que eso la mujer que siempre quiso ser. Y Cristal quedó por siempre adherida al cuerpo de una bella mujer cuando amó con total desenfreno, y más con ímpetu que la vehemencia carnal de una mujer por un hombre. Y quedó por siempre adherida y con celos de mujer amó a ése hombre, el cual, conoce con rumbo incierto. Y con maquillaje en los ojos y pómulos, uñas largas y cabello real, quedó como una bella mujer amando a un hombre. Y sin saber ni sospechar nada, ése hombre la amó y la quiso como toda verdadera mujer. Y después de un lustro pasó todo y amó como nunca, Cristal. Sí, después de un lustro de aquel atropello y de un tumulto en su primer debut y de aquella operación hecha una mujer real. Y Cristal sólo siente un paraíso en su mundo y con ser una mujer real se vio cara a cara con el espejo de cristal donde se vio guare como su alma hecha sin ser pedazos. Y Cristal miró por última vez a la burbuja de cristal, y se dijo, -¨nunca más romper en pedazos el alma ni el corazón en pedazos como si fuera una burbuja de cristal ni mucho menos un cristal soplado o un vidrio que fácilmente se puede romper, sino con la fuerza y el ímpetu más fastuoso de toda una vida siendo la verdadera mujer que soy, la burbuja de cristal, Cristal, y como un cristal sin poder romper…¨-, y fue así como la burbuja de cristal real en su propia identidad y más con sus medias como el mismo cielo.

FIN                                                  

 

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez

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