REMINISCENCIA

El sol exhibe hoy un rostro muy velado
lo visten nubes grises invernales
y funestas notas de soledad completa
sacándole un orgasmo al sufrimiento
huésped indeseable 
en nuestra aciaga vida.
Hoy, evocando el día aquel, la aurora
¡tiempo nefasto al recordarlo ahora!
amor incipiente, frágil, deplorable
conexión teatral de efímera dicha
pasión que duró su tiempo pasajero
de la mano de un affaire que hizo el intento.
Hoy la desventura gime inmensa pena
abrazándose a una ausencia inesperada
en un invierno oscuro 
de noche remojada
lluvia torrencial de un corazón en llanto
dejando detrás suyo 
un espectro en vida errante
...escombros, y no menos,  pesares,
sin el calor que hubo antaño en los amantes
sin la párvula risa en dos seres otoñales
sin el brillo de las estrellas 
que titilaban lejanas
...en sus pupilas reflejadas 
y ningún resplandor que ilumine la senda,
en la ruta de una ausencia pertinaz e inhumana,
sorbiendo el trago amargo en copa llena,
vertida en río dúctil por las venas,
quemando la sangre y el corazón entero,
abierto a tiras con corte denodado,
inerme, mal herido... fragmentado.
Así anochece el sol en viaje naufragado
con funesto caminar hacia el ocaso.
En el parque, la banca está vacía
nostálgica de unas noches
...que no olvida
y un amor que a la muerte se resiste
más allá de lo explicable...
porque amores hay que para siempre emergen
...aunque en apariencia en vida cejen.
Mientras tanto, indiferente, el mundo ríe
va marchando una vida
triste, solitaria, fría,
libando de su hiel 
en trago prolongable.

©Eloy Mondragón