La opresión del corazón en la niñez...
Es la cárcel más cruel.
Sentía que siempre le debía a alguien
y me daba nada a mí.
Fueron estas las causas de mis trastornos
o fueron los trastornos sus causas.
No importa.
Hoy solo quiero ser árbol que crece.
Y pájaro
que descansa en sus ramas,
para luego, alzar el vuelo
y recordar en las altas cumbres
las tardes con mi padre.
Que nuestras risas bañen los ecos
de esos vacíos
donde las montañas se abrazan.
Comunico al alma
que mi vida lleva
porque las rejas lúgubres
ya las traspasé.
Hago esto sin más fin
que calmar esa necesidad
de plasmar lo que me nace.
La reticencia me consume,
quiere que no palpite la fe
en la escritura.
Me engaña con un "para"
y un "por qué"
cuando es simpleza
de sentirme portador.
"La poesía es de quien la lee"
me dijo un amigo,
por eso, escribo
sin importar los ojos que me juzguen.
No voy a mostrar nada
que nadie no sienta, o no sea.
Digo adiós al miedo
a esos juicios ajenos
que tenían mi crecimiento estancado.
Soy.
- Autor: alegazpa ( Offline)
- Publicado: 4 de julio de 2023 a las 05:25
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Paris Joel, Polvora
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