Me reconciliaré con las aguas
de aquel verde estanque donde,
una niñez cualquiera, aprendí a soñar
historias de mortales y de dioses
bajo el indeciso sol de noviembre.
Dejaré mis armas de cartón entre
las hermanas adelfas de la orilla;
les hablaré a los dorados peces
acerca de la vieja casa donde crecí,
o bien sobre sus alicaídos sauces
de azulada sombra.
Volveré a hacer poemas dedicados
a las pleamares de la vida, a la soledad
y a los amores imposibles.
Me trenzaré una corona de algas
a falta de ajadas hojas de olivo,
estrenaré un alma recompuesta
con los jirones blancos de una bandera
a media asta hecha con los seis pétalos
de la flor de un junco.
Lo haré en memoria de los inocentes
que cayeron en tantas apátridas lides
de épica bastarda y romanticismo errante,
asidos a lo que habría de ser su última
y vergonzosa trinchera.
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Autor:
Tomás Sánchez Rubio (
Offline) - Publicado: 5 de julio de 2023 a las 15:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Henry Alejandro Morales, alicia perez hernandez
Offline)
Comentarios2
Interesante pasar a leer y apreciar su lectura
Muchas gracias, Alicia. Es un poema que dediqué a la inocencia de la niñez, siempre amenazada por las guerras y los conflictos del mundo real.
Saludos poeta
.
Gracias por compartir tus versos y que los disfrutemos.
saludos fraternos, de alma y corazón
.
😉
Muchas gracias, amiga. Es un canto a la paz, a la inocencia maltratada por la guerra. Abrazos.
😉
exactamente
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