Creo, como Einstein creyó,
Que el destino está regido
Por la flecha que Cupido
Lanza, por orden de Dios.
¿A qué animar asperezas
Si sólo estamos un rato
Componiendo el garabato
De todas nuestras torpezas.
El mal se nutre de abandonos,
Del ego y de los rencores
Por culpa de los errores;
Por culpa de los enconos.
.Si nuestras ansias son pares,
Si nuestro Sol es el mismo,
¿A qué tantos egoísmos
Entre nuestros similares?
Nunca se ha visto en la vida,
-Si la mente no utiliza para generar el triunfo-
Que alguien gane una partida,
¿O no es cierto?; me pregunto.
En las cosas de la vida,
Como en cosas de la Patria,
Deben de estar definidas,
Nuestras metas...¡nuestras ansias!
Pudiera tener razón,
Quien mis palabras no crea.
No por ello la marea,
Detendrá su función.
Yo me dedico a sembrar,
Aunque cosecha no obtenga,
Manteniendo con moral
El azadón en la mano,
Quizá alimente a un hermano,
Los frutos que dé la hacienda.
- Autor: pupykuba (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de julio de 2023 a las 23:01
- Comentario del autor sobre el poema: Si todos somos hermanos cuya materia es igual (átomos del mismo núcleo) ¿Por qué debemos pelear?
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.