El entro por la mañana, como cada mañana, desde que se había mudado a esa nueva ciudad lejana. El café y su moza siempre sonreían, siempre la misma rutina, la misma copa, el mismo pedido.
Ella cumpliendo a rajatabla su deber, se acercó sonriéndole, pero sus ojos no eran igual al de otras mujeres que el miraba, ella convertía esa mesa de café, en un paraíso.
Se acercó con su cuerpo femenino, y entregó con sutileza el pedido del enamorado, el la observaba una y otra vez, reía, disfrutaba su presencia, en silencio, junto al perfume que dejaba su cuerpo.
Nunca se lo dijo, ella jamás lo volvió a ver, el recuerdo aun perdura.
- Autor: Urquiza ( Offline)
- Publicado: 16 de julio de 2023 a las 06:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Sierdi, Poeta al atardecer., alicia perez hernandez
Comentarios1
Ella cumpliendo a rajatabla su deber, se acerco sonriéndole, pero sus ojos no eran igual al de otras mujeres que el miraba, ella convertía esa mesa de café, en un paraíso.
...
Cuando se AMA todos son ''INSTANTES'' y el AMOR nos lleva a creer que estamos en un paraíso.
Gracias por compartir tu arte poético.
saludos poeta
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