En la tormenta del ayer, pusiste en prueba mi alma; y por eso lloro. Porque tu enjuagas mi pecho en el dolor profundo de la desesperación. Como un caballo que corre hasta al fin por no dejarse atrapar. Sáname Señor! Toma mis manos y vísteme de paz. Oye mis oraciones somnolientas, y que el humo de mi clamor llegue hasta tu casa.
- Autor: marioanthony ( Offline)
- Publicado: 20 de julio de 2023 a las 23:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
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