LOS SIGNOS DE ESTE SIGLO CUARTA PARTE

RENNY LOYO

CUARTA PARTE

 

A tu encuentro.

 

Verse no es mirarse

algo esconde el pensamiento

la cultura determina tus sentimientos

de allí deviene el abandono.

 

Reproches hay infinitos

uno mismo decide

ya no hay marcha atrás

los miedos impiden liberarse.

 

Hay palabras que unen

son errores asumidos

uno se aferra a la costumbre

el vacío toma su lugar en el corazón.

 

La revancha genera discordia

la mujer no piensa como el hombre

el hombre cree comprenderlas a todas

siempre pierde al hacerlo.

 

La tradición mata el amor

la discordia nace de la sumisión

la libertad está por encima de todo

aun así, el vacío existe.

 

Uno cree ser salvado de la soledad

pero la conciencia fustiga

todas quieren lo mismo

una casa, un carro, hijos y tu encierro.

 

La libertad es el pecado mayor de nuestro tiempo

ella está atada a lo doméstico

y aunque se libera externamente

en el banquillo de la iglesia agradece a Dios.

 

La barbarie de nuestra historia asola el alma

el encuentro con lo humano es fortuito

aunque te enamores de verdad,

una cachetada es necesaria para recordártelo.

 

Es bueno que nos miremos a los ojos

todo queda al descubierto

ya no es amor, ni cariño

es la comodidad de nuestro tiempo quien manda.

 

No es como en el pasado, si acaso lo fue

es parte de la naturaleza humana

vivir y repetir el ciclo

si eso es vida, he vivido equivocadamente.

 

Apostaría encontrarte otra vez

mirarte de nuevo y darme cuenta

que no éramos lo que queríamos ser

la falsa imagen nos mintió mucho tiempo.

 

La carne no une lo que el alma siente

son falsas sensaciones temporales

aunque es tarde para aconsejar

queda la experiencia.

 

Caemos en batalla sin darnos cuenta

no solo el amor mata

el desamor es una gran explosión

va cargada de cansancio.

 

Ahora que te tengo enfrente

la costumbre me perturba

creo que es amor y me engaño

cometo errores nuevamente.

 

El cordón umbilical se extiende

son ataduras en el tiempo

es la tradición que amarra

como el pescador su barca.

 

Cierro los ojos

mi interior se oscurece

solo pensarte sufrir

mi alma ensombrece.

 

Tenue abrazo el tuyo con miedo

late tu corazón incesante

brioso de amar

lloro recordar el pasado.

 

El silbido de tu respiración

es mi música del alma

es tu canto de sirena

es el canto de mi calma.

 

El olor intenso de tu cuerpo

es el incienso del ambiente

el que inunda esta estancia

donde yace este cuerpo inerte.

 

Lloro de noche y de día

lloro por ti en las noches frías

cada vez que leo

en mi memoria tardía.

 

Ven, a pesar de la lluvia

aunque te mojes todo el cuerpo

mírame amor empapado

bajo la lluvia te he esperado.

 

Te vi tan lejos,

creí que no podría,

estabas tan distante

para hacerte compañía.

 

Mi corazón insiste

corre hasta morir

para mirarte en su empeño

y dejar de sufrir.

 

Miré a tus ojos

y correspondiste

con tus grandes pestañas

sigo aún con mi sonrojo.

 

Ay amor, aún persiste,

esa sonrisa que esconde la inocencia

de aquella noche,

en que tus labios a los mío abriste.

Por eso, mis recuerdos vienen

para endulzar tú amor,

Y no olvidar jamás

que el corazón insistió.

 

Amor cuando yo muera,

toca mis labios con tus dedos

que yo los besaré

amor, sin desespero.

 

Así pasen 100 años

siempre te tendré presente

aunque yo ande como ausente

una botella no está de más.

 

Tres copas son suficientes

para el cuerpo calentar

pero una mirada esconde

todo el secreto de amar.

 

 

Del poemario “Los signos de este siglo”

Autor Renny Loyo

Venezuela-Araure-Portuguesa

 

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