Enciendo el último verso del día,
aunque es el primero antes del sueño.
Mis pasos aún son pensamientos
que pronto han de caminar.
El viento sopla:
los árboles cascabelean,
caen algunas hojas,
caen ciertas ideas
y camino para atraparlas
pero se van.
El poeta siempre está detrás de la poesía,
la persigue, casi la alcanza pero nunca la toca.
El recorrido se vuelve escritura:
más que las manos, los pies escriben.
Avanzo por la colonia Lindavista,
voy a mi casa, mi primera casa:
acabo de nacer.
Es Septiembre de 1980.
La vida sopla:
el tiempo cascabelea,
caen los minutos,
caen los años
y camino para detenerlos
pero se esfuman.
Avanzo por la colonia Lomas Tetela,
voy por mi cuaderno:
empiezo a escribir.
Es Julio de 1993.
La inspiración sopla:
la poesía cascabelea,
caen las ideas,
caen ciertos poemas
y camino para escribirlos
pero se elevan.
El cielo se bautiza de poesía.
Avanzo por la avenida Teopanzolco,
observo, escucho y fluyo.
Mis cantos aún son versos
que pronto han de estallar.
Es Enero de 2017.
Enciendo el último verso del sueño:
aunque es el primero antes del día.
La eternidad cascabelea
y me succiona con su ráfaga.
Soy los pasos que pensé.
Soy las ideas que caminé.
Soy los versos que viví.
El recorrido se vuelve escritura:
más que pasos,
más que ideas,
más que versos,
la vida es la que escribe.
Soy la poesía
que se concibió dentro de mí.
- Autor: J. Moz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de julio de 2023 a las 22:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: Sierdi, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Sí, tienes razón.
Somos poesía viva.
Cada letra de nuestros versos,
Son pasos grabados de contento.
También hay versos tristes, caminatas que de lagrimas se visten.
Declamas poemas hasta en tus sueños,
Porque mientras duermes, recita y es tu dueño.
Un saludo.
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