Mientras se cree la dulce teoria,
de que la noche vive por si misma,
me entrego a ella, prendo otro cigarrillo,
de los que estan prohibidos fumar,
(en esta parte del bar)
favor pasar al balcón, joven,
me dice el mesero al pasar.
Las sirenas se disuelven entre los ruidos de la noche,
los pies se desenvuelven en si mismos, en la pista de aquel bar,
donde nadie sabe como me llamo, ni nadie lo podrá decifrar,
las sirenas se disuelven entre la musica que no alcanzo a escuchar.
Los cuerpos dejan de ser extraños,
sin algun detalle declarar abiertamente,
como es que se miden los años,
si no se sabe despertar;
de este extasis de noche,
extasis en el que me dejo llevar,
explorar labios ajenos, explorando labios de bar,
en la pista, en el baño o en la esquina del balcón,
mientras esquivo las preguntas y desencaro las respuestas,
las respuestas que no eh aprendido a escuchar.
Ejecuto la formula perfecta,
la escapada final,
como es que no me doy cuenta,
de que todo seguira igual,
mientras el extasis de la noche,
no me sepa reclamar,
las noches intermedias,
las resacas del despertar,
entre tus mallas sin saber tu nombre mencionar.
- Autor: Hermenegildo Baca. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de julio de 2023 a las 01:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Luis Roberto Otero
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