El oído es el órgano más extraño, el más extravagante
el sonido del mar chocando contra mi hogar, acaricia aquel sentido
el océano estaba alterado, las olas chocaban tan fuerte que el agua entraba
pobres los que pierden, pobres los que no cuentan
aquellas historias que entre sus viajes obtienen
son los recuerdos que más entretienen.
Entre risas y rimas veo a las personas que no tienen
miedo de eso tan grande, de eso que no se conoce
tal como un ángel guio su camino, solo es necesario encender una luz
para que no pierdan, para que encuentren
donde descansar, donde pueden volver a respirar
Una vez en un amanecer, llegó un envaramiento con un herido.
Una bestia de las profundidades lo lastimó.
Perdería su extremidad dominante y con el tiempo lo más valioso
por el mar, por ese océano que no se sabe cuando acabara
Se asemejan a un monstruo en sus aguas
vicioso y voraz en todo su comportamiento
y debajo de su ominoso manto
Con su pasión, la muerte está esperando
Un rastro todavía está presente en la memoria
de los que fueron barridos
por el mar que toma sigilosamente
a los desafortunados y desprevenidos marineros
que confiaron en esas aguas
que tarde o temprano será su lecho para un próximo descanso.
- Autor: Jennifer Caicedo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de julio de 2023 a las 11:06
- Comentario del autor sobre el poema: A veces nos dejamos llevar por los botes y no por la marea. El mar siempre será tu acompañante, tu fiel amigo, hasta que descanses en el....
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
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