Puerta del Sol amado
En la Puerta del Sol,
trozo de patria gentil
del ole español,
bebí tu vino sutil.
En pleno centro
de Madrid,
el regazo del amor,
se hizo sentir.
A inciertos momentos
le dimos el matiz
de la brisa del portento,
siempre tras de ti.
Esa noche sombría
no avizoraba esperanza
ni vivir lo que viví,
más, olía a aurora,
en su elixir
de halos y aromas.
El enfado y la gallardía
de mi dama sigilosa,
en el lecho seguía,
destellando hidalguía.
Sentía su pasión,
al enamorarla,
recibiendo mi clamor,
y yo, su vertical ilusión.
De tanto acariciarla
pude hacerla mía,
verso a verso,
ella, desvestida poesía.
Yacidos en el lecho,
líricos y épicos,
domeñé su cuerpo,
sus exóticas liras.
Guapa y taciturna,
ardiente y esbelta,
su febril cuerpo,
quemaba mis entrañas
y sentía su alma
a la sazón de la mía.
Ella vibraba y emanaba
gemidos y sumisión,
y yo germinaba
en la habitación.
Ya en el conticinio,
ella sonreía,
y en el alba de la ciudad,
ante la rítmica albricia
de una noche sensual,
la urbe de Dulcinea,
hizo del amor,
un cendal a tremolar
- Autor: Rafael Parra Barrios (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de julio de 2023 a las 16:15
- Comentario del autor sobre el poema: A un amor ideal, como lo fue Dulcinea para Don Quijote de la Mancha, de esos que nos hacen soñar y hasta colcobear.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Rafael Parra Barrios, alicia perez hernandez, Violeta
Comentarios1
Estas letras de amor dedicadas a una dama
que hizo de mi clamor
el fulgor y la llama encendida del sol,
ella la luna,
de mi corazón,
a la altura
de mi pasión.
Estas letras,
acompañadas
por el Yo soy aquel
de Raphael,
quien le canta
a mi eterno querer
en la madre España
al amanecer.
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