I
Oí tu voz y tuve miedo de ti
Porque estoy desnudo, me escondí
ya que la mujer que pusiste aquí
me dio del fruto del árbol y lo comí
II
Tuve miedo y tengo remordimiento
porque era mi responsabilidad
hacer que ella guardara el mandamiento
y aceptar mi culpabilidad
III
Resistí varias veces a la serpiente
y huyó, pues traté de cortar su cabeza
pero siendo astuta e inteligente
se acercó a la mujer con sutileza
IV
La mujer, al ser susceptible la persuasión
se dejó seducir por la mentira fácilmente
se le hizo sencillo caer en tentación
inducida por la insistencia de la serpiente
V
La serpiente no coacciona, ni obliga,
solo le da aparentes buenos consejos;
se hace pasar por su mejor amiga
y manipula sus instintos y reflejos
VI
Por eso era y aun es mi deber
Cuidar y proteger firmemente a mi mujer
Sin dejar que ella ejerza sobre mí poder
Pues si lo hace los dos nos vamos a perder
VII
No me corresponde ser vulnerable
Aun me lo aconseje mi compañera
Pues la vulnerabilidad no es admirable
Y la emoción no es buena consejera.
VIII
Acepto y admito que en realidad he fallado
al seguir sus pasos hacia el pecado
Tal vez su accionar no fue malintencionado
por eso he tener con la mujer mucho cuidado.
- Autor: Socrates MacDonna ( Offline)
- Publicado: 31 de julio de 2023 a las 21:59
- Comentario del autor sobre el poema: Hacemos cosas que no debemos hacer; permitimos que no debemos permitir y luego aparece ese pesar, esa inquietud interna.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: KORO, migreriana, MISHA lg
Comentarios1
Muy buen poema.
Gracias 🙂
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.