CORRE LA CEGUERA  II

Lale Neda

 

Tarde dorada

cielos azules

casas olvidadas

 huecas y despintadas

les llega la penumbra.

Luz de la noche

ocultas la realidad

lloran los niños,

abundantes y mudas

el brillo de sus lágrimas

atormenta la garganta

 

Se retuerce el estómago

 escasea el  pan

se hace habitual,

vienen los golpes

no saben que el vicio

trae brutalidad,

a tientas va a su lecho

con agrias palabras

dejando atrás la calamidad.

 

 

Falta el cariño

ecos se ensanchan

huele a orfandad,

las manos sucias

con sus caritas

se acurrucan

duermen pensado

que mañana

viene la felicidad.

 

La indiferencia pública

en las calles alumbradas

donde viven los héroes

con sus casas altas

se hacen los sordos

a lo que pasa,

creen son torrentes

de sombras en derrota

y les dan puras estocadas.

 

Lale Neda©

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