La tormenta acá llegaba
vestida con mucha pompa,
con relámpagos y truenos
seguidos de hielo fino,
de nieve, de algún granizo
sobre el suelo duro, helado,
que traiciona el pavimento
y hace que los coches corran
sin control de movimiento.
La tormenta trajo nieve,
trajo miedo con escarcha,
se llevó mi compañía,
mi calor con la inocencia
de alguna nube bajona
que arrasaba sin clemencia.
La tormenta atormentaba,
dejando todo brillante
del cristal en las ramitas,
en las hojas, en las plantas
sin parar ni al mediodía.
¡Ay! que me caigo de sueño,
¡ay! que mi alma palpita,
¡ay! que te quiero de veras
por siempre mientras espero
que alguna vez amanezca.
Comentarios1
Bonitas letras, querida amiga poeta.
Espero que te encuentres bien.
Un abrazo. 🌸
Hola Luis, gracias por los buenos los elogios y deseos, me encuentro pasablemente bien, más allá que mi ojo izquierdo se está haciendo el compadrito y no quiere darme ni la hora.
Por suerte el ojo derecho anda muy bien.
Muy amable.
Ok, cuidate!
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