Veo las manos
cansadas de marinos
con sus cachavas.
Manos de agosto
heridas por los remos
y vendavales.
En el invierno,
se encogen y calientan
sobre las brasas.
Manos preciadas
que izaron aparejos
buscando pesca.
Se lastimaron
con roces y con golpes
en las traineras.
Fueron amigas
de anzuelos y sedales
para la pesca.
Y el fiel reflejo
de frentes con arrugas
de sol a sol.
Veo las manos,
y al verlas, me estremezco,
¡son de mi padre!
Y es que estas manos,
tan rudas y curtidas,
tienen ternura.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/08/23
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 7 de agosto de 2023 a las 03:06
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., MISHA lg, Ed-win, Texi
Comentarios2
y unas manos que son capaces de dar todo para sus hijos ....
preciosas letras a tu padre , poeta
llenas de amor.
gracias por compartir
procesos de consulta previa, libre e informada con pueblos indígenas?
besos besos
MISHA
lg
Gracias Misha.
Abrazos.
Hermoso poema .....un placer la lectura de ese viaje de esas manos trabajadoras y dadoras de amor ....me encantó me llegó ...Abrazo del alma
Gracias Lale Neda.
Un abrazo.
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