volaban dos pajarillos
con cánticos de tristeza
el tiempo estaba nublado
anunciando una tormenta
el sol casi no brillaba
y no sentía belleza
solo había un tiempo gris
y miles de hojas secas.
Dos hombres que caminaban
iban recordando penas
uno era adinerado
y el otro de gran pobreza
recorrían un camino
cuya hierba estaba muerta
tornaban al tiempo viejo
cuando pasaron por guerras:
uno buscando fortuna
y el otro perdiendo ésta.
Los dos hombres conversaban
transitando aquella Senda
sin pensar una del otro
y el otro de igual manera
que fueron los dos enemigos
por culpa de la riqueza.
El pobre iba para anciano
de cuarenta y ocho años era
y fue cuidador de potros,
de vacas, cerdos y yeguas,
pero primero fue rico
y dueño de una gran hacienda
y el rico era aún más joven
fue peor en su edad tierna
y fue el mejor en su trabajo
gracias a su fortaleza
y al hay pobre quitó todo
incluso hasta su pareja
Pero como hay un destino
y el pasado se recuerda
el rico contaba al pobre
parte de su historia cierta:
yo era pobre cuando niño
y me crié en alta Sierra
en una hacienda que hoy es mía,
pero eran de otro esas tierras
y fui cuidador de potros
yo practicaba la siembra
y hacía faenas forzadas
y vivía en gran vergüenza.
Un día tomé mi orgullo
y aproveché mi gran fuerza
y ataqué con ganas al patrón
para salir de condena
y entonces yo lo vencí
quitándole su realeza
y él huyendo se fue herido
sangrando por una pierna
me aproveché de su esposa
una mujer que es muy bella
y la tuve entre mis brazos
me adueñé también de ella.
¡ah¡ seguro debe estar muerto
pues cruzó la selva negra
de donde nadie ha salido
porque abundan las culebras
¡jajaja¡ y yo me quedé con todo
con peones y sirvientas
y con grandes extensiones
¡váyame si son inmensas!
que mis ojos están cortos
pues mi vista no las observa
¡sí compadre yo soy rico
y maté a ese hijo de perra
a ese pobre desgraciado
que llamaban Juan Ortega!
El se creía mu valiente
y lleno de gran nobleza.
El pobre oyó aquel relato
que no era historia completa:
pues era aquel mismo hombre
y escapó de aquella selva
porque consiguió un caballo
que gracias a su carrera
lo llevó a un pueblo vecino,
al pueblo de sabaneta
y llegó casi desangrado
por la herida de escopeta.
Allí lo encontró una mujer
que era dueña de taberna
que lo llevó a un curandero
para que viera su pierna
y muy pronto él se curó
le gustó esa mujer recia
y con ella se casó
por civil y por la iglesia.
Trabajó en una hacienda
como peón tuvo triunfo
por conocer la faena
y se ganó la confianza
de don José Luis Garmendia.
El pobre contó todo al rico
y lo golpeó contra una piedra
y el hombre agonizaba
por la golpiza tremenda
Entonces le dijo el pobre:
¿Está aún viva Graciela?
-sí, pero ¿quién eres tú?
-yo soy aquel, Juan Ortega
- Autor: ALEXVILLS76 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de agosto de 2023 a las 23:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., Poemas de Pepita Fernández
Comentarios3
Maravilloso relato y de emocionante lectura.un gran abrazo.
Precioso relato en versos , se logró mantener la expectativa del final.
Mis felicitaciones , Poeta.
Gracias, esa era la idea ir llevando al lector. Considero que el verso es un medio excelente para incluso narrar cuentos o historias y la prosa poética debería ser más usada.
BUen relato al estilo Justo Brito y Juan Tabares muy propio de tierras nuestras, le felicito paisano por su pluma y su letra, y vaya atizando el fogón, por si acaso llega, un ensalte de pescado, o de sardinas frescas, lebranche o tajalí salado,, para amenizar la fiesta, donde a orilla de la playa, bailaremos a rienda suelta. Gracias hermano por tan emotivo regalo hecho poesía.
GRACIAS HERMANO. EXCELENTE TU ALUSIÓN A NUESTRA TIERRA. SALUDOS Y ÉXITOS
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