**~Novela Corta - Méndigo por un Amor - Parte II~**

Zoraya M. Rodríguez

Si el méndigo por un amor quedó forzando una sola verdad que dejó el tiempo perdido y la razón en una eterna locura. Cuando la verdad que el destino frío sólo le dejó álgido el camino por donde deambula como méndigo por un amor. Y caminó calle abajo sólo pensando en el desierto mágico de creer en el imperio de los ojos de la mujer que el méndigo amó, un amor que lo dejó por otro hombre. Cuando en el alma del méndigo por un amor se siente como el desastre inocuo y como la pura verdad en que el deseo se cuece de bondad y no de triste compasión. Cuando en el alma de un méndigo por un amor se cuece de una cosa verdadera formando el alma de una fría certeza en poder morir por haber sido abandonado, malherido y en ser tan intransigente como el mismo dolor que se da como el mismo méndigo por un amor. Si se dio un sólo amor como el del méndigo por un amor que no fue correspondido sólo se sintió como el deseo y el fuego de un sólo desastre en el alma como fuerza del amor. Si en el frío desenlace se torna exasperante y muy intransigente en perpetrar la sola razón perdida cuando sólo caminó calle abajo y al callejón solo y solitario y tan abandonado quedó como el mal deseo y como el desastre de creer en el solo mal percance. Y el méndigo por un amor quedó desorientado y mal inconsecuente cuando su instinto va lejos de la impoluta verdad, cuando en su afán de creer en el desconcierto frío se siente como el desafío frío en querer amar el trance de la verdad. Cuando en el reloj no se sabe ni la hora que transcurre en el tiempo, sino un mal tiempo y un desastre unísono de creer en el alma una sola fría verdad. Si el desastre quedó como la oscuridad y el ocaso sin sol, y deslumbró el gran deseo de creer en el amor como el solo mal amor. Y el méndigo por un amor quedó insolente, insolvente, pero, inocuo, sin vida, sin ilusión, desvanecido y dejado por el verdadero amor. El méndigo por un amor caminó calle abajo deseando volver al principio, retener su vida y volver a empezar, pero, el hábito por el alcohol y el vicio que posee no lo dejó sobrevivir en su corta existencia. La joven que amó con locura y tortura lo buscó en su empresa, pero, no lo halló evadiendo su presencia cuando la secretaria le expresó que no se encuentra en la oficina y nadie sabe el paradero de el méndigo por un amor. La joven que amó desenfrenadamente se casó con un hombre, el cual, ella amó, pero, nunca logró la felicidad. El méndigo por un amor quiso ser como antes, pero, el trance de la verdad edificó el tormento y con el vicio del alcohol lo hunde más y más en el abismo frío del alcohol. El méndigo por un amor mendigando el fruto deseado de un amor sólo quedó maltrecho, desolado, solitario y, en soledad, una soledad oscura, de perecer incierto y de una tempestad sin fin. La vida de el méndigo por un amor quedó a la deriva mendigando pan, limosna, bebida, vida y, felicidad, la felicidad que tenía a su merced, pero, la dejó escapar. Un alto empresario, el cual, se debate entre la amargura, el odio, el desamor y, el amor no correspondido y la vida de éste alto empresario acabó en un trance imperfecto, en un mal camino y, en un desolado destino. El alto ejecutivo fungió como todo méndigo por un tiempo indeterminado, limitando y, devastando por la soledad fue a tener al precipicio fatal de la bebida y del alcohol alcoholizado con alcohol a sus venas y embriagando a su camino de hiel, de amarga espera y, de exasperada desolación. El méndigo por un amor cayó en una suciedad insalubre, cayó por una decepción amorosa y, por un gran desamor en que sólo el méndigo por un amor sabía. Las calles carecen de abrigo, de calor, de amor y, de vida sucumbiendo en un mal perecer cuando la vida actúa de tal forma. El méndigo por un amor quedó maltrecho, abatido, malherido, con trapos rasgados y, con una suciedad en precaria salud. La vida de el méndigo por un amor mendigó a ese amor que lo ayudó a salir hacia adelante, tomó un odio penetrante, indeleble e inestable en su vida cuando en el tiempo ocurre el fatal desenlace si fallece el alma al caminar callejón abajo. La vida de el méndigo por un amor quedó adolorida, maltrecha, en un fondo del precipicio y, de un hondo mar en, el cual, se perfila toda decepción amorosa cayendo desde lo más alto del éxito hacia el mismo fracaso. La vida de el méndigo por un amor quedó devastada, intransigente, inerte, en soledad y malherida. La vida de el méndigo por un amor y sus sentimientos caen en un profundo abismo y en un hondo dolor que quedó atormentado por la razón en una sola locura por ese amor que no le correspondió. La mujer que amó el méndigo por un amor quedó al mando de la empresa como ella siempre estuvo, pues, en el trance de la perfección de esa empresa fue todo gracias a ella, pero, el méndigo por un amor continúa sin paradero alguno, desaparecido desde hace una semana cuando fue la quinta resaca que le sacudió el alma. El méndigo por un amor, aún, con traje de un alto ejecutivo quedó mendigando en el callejón y calle abajo cuando la bebida y el alcohol toman rienda suelta en su existir. La vida, no es fácil para cualquiera si nadie sabe como vivirla bien, correctamente y con amor. La vida en trance perfecto se debate en un ir y venir lejos de la pura realidad cuando en el imperio de un tormento y una tempestad se encierra el deseo de convenio cuando el alma no es penumbra aparte y sombra en el suelo por un sol que antes brilló. La vida de el méndigo por un amor quedó entristecida, malherida, desolada y maltrecha dejando una sola señal del silencio total. La vida ocurre desenfrenadamente mal cuando en el imperio de los ojos llora amargamente por el amor apasionado de una mujer y éste hombre se da a la bebida y alcoholizado a sus venas con el dolor de un alcohol que le perfora la vida. La esencia y la presencia de éste hombre acecha con devorar la presencia de un vagabundo vagando en las calles perdidas de la vida. La ausencia de la vida quedó maltrecha y desolada por tomar un boleto de vida incorrecto. La vida de el méndigo por un amor amó desesperadamente a ésa misma mujer que amó desde el principio. La mujer que amó con locura y con tortura que le dejó una gran riqueza empresarial sólo se topó con la fría verdad de que éste méndigo mendiga por su amor, pero, aunque las habladurías de la gente crecen, ella no lo podía creer y pasó desapercibido el comentario dejando caer la vergüenza en el mismo suelo en que hizo crecer al méndigo como un alto ejecutivo. Y el alto ejecutivo se entristece por todo y por tanto en que se desliza su esencia y su vida como cualquier trapo sucio en la vida y más por el callejón solitario. Cuando el méndigo por un amor se aferra y se aterra y se siente como en la soledad solitaria embargando el tiempo y más en el ocaso frío demostrando que el silencio se debate en una sola osadía en solitario malestar. Cuando la vida y el deseo se enfrascó en la soledad por solitario además entre sus deseos y manos como en la vida deseando derribar el trance perfecto en amar lo que nunca. Cuando en el ocaso frío se embargó de una espera inesperada como la fría verdad, pero, solo soslayó en un débil e imperfecto instante cuando ocurrió el frío desenlace fatal. Si en el delirio delirante de creer en su alma a ciegas de la verdad, se vio el méndigo por un amor, el cual, se aferró al desastre frío de entrever el desenfreno frío de querer amarrar el desafío fatal en ser un méndigo por un sólo amor. Cuando en el alma fría se siente desapercibida y como en el desastre de creer en el alma a cuestas de la verdad, se entregó en cuerpo y alma amando a ésta mujer que quiso amar y enredar el ocaso frío si se vio como el temor de ser como un méndigo por un amor, el cual, se enredó como un desastre total. Porque cuando la mujer que amó el méndigo por un amor quedó como toda empresaria al mando de la empresa como siempre, pues, a la verdad que, al fin y al cabo, quedó como el dolor en el alma, pero, el méndigo por un amor continúa sin paradero alguno, y desaparecido desde hace más de una semana cuando a la quinta resaca le volcó el alma. El méndigo por un amor y como todo alto ejecutivo quedó mendigando en el callejón y calle abajo quedó el suburbio de una bebida atomizadora y efervescente para la vida. La vida es díficil para cualquiera si nadie sabe como vivir exactamente, y correctamente, pero, con desamor. La vida en un sólo desenlace frío se debate en un ir lejos de la realidad cuando en lo sosegado de un tiempo y de una tempestad se entierra el deseo de un sólo y por un exacto tormento si en el alma no es sombra en el mismo suelo por donde un sol hizo brillar a la vida. La vida de el méndigo por un amor quedó abatida, con recelo y con un doble instinto de que la verdad quedó álgida. La vida ocurre desastrosamente abatida cuando en los propios ojos lloran débilmente por el amor de una sola mujer y éste hombre se va al dolor de un alcohol que le duele la vida. Cuando en el antónimo de la felicidad era todo tristeza y no se sabe ni el momento que pasa en el tiempo, sin un mal desenlace frío y un desastre inocuo de amar bajo el alma fría con una sola verdad. Si el desastre quedó como la tempestad y la mañana como destruir el mundo, si se vislumbra el gran deseo de amar bajo el amor, pero, con desilusión. Y el méndigo por un amor quedó devastado, inoperante y con un dolor a cuestas de la sola razón. El méndigo por un amor mendigó deseando volver al principio y poder salvar su vida y volver al comienzo, pero, el vicio y el hábito por el alcohol declinó la idea de regresar al principio. La joven que amó y con certeza regresa a la empresa donde allí mismo labora y evade con su presencia cuando la secretaria le expresó que desde hace casi dos semanas atrás no regresa a la oficina el hombre que busca. La mujer que está a punto de buscar al hombre que ella conoce bien, sólo se debate en conocer la esencia y la presencia de ese buen hombre en saber que está por caer al abismo extremo en saber que su presencia es tan sabia como el saber del tormento frívolo. Si se siente como el mal deseo si la vida oscureció el tormento frío, y el mal desenlace fatal de creer en el alma quedando con frialdad y con la sola soledad de entrever el desastre de dar con una sola verdad, pero, tan fría como ser un méndigo de la calle, vagando por el callejón y por las calles destronando el odio y el vacío de un sólo adiós como tormento que le ofreció éste hombre a la mujer que lo abandonó sin saber de su amor frente al altar casándose con otro hombre. Cuando se crece el vil lamento de creer que su amor era sólo el mirar a los ojos de la amada, pero, no, no era solamente expresar el amor sino que ella lo sintiera como el verdadero amor y como la pasión nueva de un sólo día. Cuando en el alma de un sólo querer el hombre perdió todo de una vez y por todas. Cuando en el alma de un sólo querer se debió de mirar el ocaso inerte hacia el ademán frío de amar bajo el alma fría. Y, así, el alma funesta de dar una sola señal se miró fijamente en el querer amarrar el deseo de amar lo que bajó por el callejón sórdido y de un letal averno, cuando la vida comenzó en el aire destrozando a su propia mala existencia. Cuando en el alma y en lo penitente de caer en el cielo fugaz comenzó a delirar y por ser tan delirante capaz en ser un méndigo por un amor. Y por hacer de su vida un sólo tormento se debate el alma y la fría sensación de creer en el suburbio automatizado por la espera inesperada de un sólo mal tormento y de un sólo amor por el amor de ésa mujer. Y, la fuerza de éste hombre como méndigo por un amor sobre el callejón donde pernocta como un vagabundo con sucio porvenir, la vida de éste méndigo por un amor fue de peor en peor cuando en la zozobra del amor de ésa mujer lo llevó por donde comienza el odio y el rencor y más que por saber encerró todo amor en el corazón olvidando que su mundo brilla como todo sol sin darse cuenta que la lluvia y la tempestad destrozó a su vida. El tormento de éste hombre méndigo por un amor quedó con tristeza sin poder encontrar o hallar la salida correcta. La vida de éste hombre quedó por siempre abatido, malherido y sin nombre alguno porque el rumbo que tomó fue incierto como el mismo aciago porvenir que él siempre halló. El sol salió todas las mañanas al igual que las resacas que obtuvo por embriagar a sus venas con alcohol tan fuerte como olvidar las penas por alegría, cosa que nunca obtuvo. Y, en la mañana de la sexta resaca se vio el sol con un rayo inmenso, como halo en el sol dejando una estela sobre el mar perdido y, dejando caer toda su luz. Los ojos de el méndigo por un amor quedan abatidos, heridos, en color rojo por una resaca que le cuesta hasta la vida. Cuando éste méndigo miró al sol sólo supo que el reflejo del sol cae en la misma dirección hacia el horizonte dejando indeleblemente el trazo de luz y sus ojos brillan como nunca, pero, dejando el horizonte lejos de allí. La vida de el méndigo por un amor quedó destrozada, malherida, con un dolor consecuente e intransigente cuando el rumbo de su vida quedó automatizado en la espera por amar a ésa mujer que lo abandonó. Ésta mujer sólo lo dejó sin amor, sin pasión vehemente, sin lujuria ni libidinosidad en el cuerpo al destrozar su silencio por su amor inestable. La vida de éste méndigo por un amor quedó en un deterioro mal eficaz, malherido y, mal inconsecuente, desnudando a su vida en un amor desafortunado. Y, el infortunio quedó adherido al imán del poder del desamor cuando ésta mujer abandonó al hombre y el hombre se convirtió en un solo méndigo. Y, el méndigo por un amor quedó desolado, en soledad y, tan solitario como el mismo silencio. El saber que la vida irrumpe en un desamor, sólo se pierde el amor en un sólo destino. El camino que tomó el méndigo por un amor fue sólo por un amor, el cual, no le corresponde sinceramente. Éste camino forjó y forzó que la vida de éste méndigo por un amor sólo quedó como un sólo desatino cuando cruzó el estandarte de la vida y de la fortaleza forzando al amor en el corazón. La vida de éste méndigo por un amor quedó maltrecha, estrecha y sin dirección. Si el tormento se vio como una terrible tempestad cuando el méndigo cayó en un terrible y profundo precipicio dejando a la vida inerte y tan inmóvil el deseo de envenenar las venas de su propio cuerpo con alcohol cuando en el precipicio dejó a la vida. El sol volvió a salir, pero, dejó a su paso un aguacero fuerte irrumpiendo en el camino frívolo de un sólo porqué y tan desnudo como la alborada llena de un sol que se fue del cielo. El méndigo por un amor quedó maltrecho, herido y, con un dolor fuerte en el alma cuando su alma quedó por siempre cerca de la pura verdad que su rumbo tomó una incorrecta dirección. Y, éste hombre mendigando pan y limosna, amor y pasión dejó en ese callejón a la vida, a la orfandad y, siendo desertor del amor caminó callejón abajo sin importar destino o camino a seguir. El alma de éste méndigo por un amor quedó fría y tan gélida como el mismo hielo o como el mismo álgido invierno cuando socavó dentro del ocaso un sol que no destrozó a la nieve en el suelo. Y, el alma y el cuerpo de el méndigo por un amor está malherida, desolada y, en un dolor intransigente cuando su vida cayó en un profundo abismo. Y, con tan sólo irrumpir el mal deseo se halla el méndigo por un amor en que sólo se fue de la vida cuando desea amar a ésa mujer. Si en el alma de éste méndigo por un amor, se le vio como una sola verdad como el frío desastre de creer en el desenlace frío y de saber en que la alborada fría como el sol frígido quedó como el recelo de la vida. 



Continuará………………………………………………………………………………………………….

 

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez

EMYZAG

  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 15 de agosto de 2023 a las 00:02
  • Comentario del autor sobre el poema: ~ * ~Sinopsis: ~ * ~Un hombre rico mendigó a un amor, y quedó como un vagabundo cuando ella se casó con otro…sin pelear su amor…Mi #19 de novela corta en el año 2023…Mi #137 de novelas cortas hasta el año 2023…
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 3
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