ALÉJATE

ALÉJATE:



Como mismo llegaste un día a mi vida, escapando por la orilla de la sombrita, sin hacer el menor ruido mientras duerma para no verte, porque si despierto de repente pudiera ser que intente retenerte, diciéndote que no te marches, dándote nuevamente cobija en los brazos, que ahora descansan de estar levantados tantas veces vanamente, buscando que notaras su presencia sentida, pero siempre olvidada frente a ti, amada mía...,

Sin derramar ninguna lágrima que pueda ser pisada luego sin querer al levantarme descalzo, cuando despierte viéndome y sintiéndome libre y desee volar con el viento del Norte en busca de otros brazos distintos a los tuyos que me den en verdad calor, con la seguridad que merezco, para ser feliz en esta vida, aunque no sea contigo, porque Tú tuviste la misma oportunidad, pero que perdiste en los espacios habidos sin tiempo de amor...,

Escuchando esta humilde petición, por la cual, pido perdón de todo corazón, pero pienso que será lo mejor para los dos, para no seguir sufriendo lo indecible de soportar en soledad, aunque ahora ambos lloremos sinceramente en persona arrodillado, lo jamás concebido e inimaginable para ser visto corriendo sin ser retenido en el rostro ya no oculto, tras la sombra de un pasado que a pesar de todo, se ha convertido ante nuestros propios ojos, en presente de silencio, pero que no desea ser nunca olvido vivido...,

Porque por mucho que batalles, mis manos continuaran detrás de la espalda, por no abrazar fuerte muy fuerte contra el pecho a lo más amado ayer, pudiendo esta vez flaquear al poder decir tu querido nombre, pero algo solo podrías llevar, si lo deseas, que es mi bendición anticipada, porque como dije, a pesar de todo lo vivido durante años, mi corazón no te guarda rencor, ni odio la mirada, si he de verte partir al amanecer, diciéndote quizás con la mano a lo lejos, adiós.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 10072010 11:00 PM.