PLEGARIA DE DOMINGO

Pampa Dormida-Luis

POR MANTENER LA FE

"Mujer que grande es tu Fe, que se cumpla lo que deseas” (Mateo 15, 21-28)

Ésta frase con que culmina la palabra de hoy y teniendo en cuenta que hoy en nuestro País se celebra el día del niño, me recuerda a un hecho ocurrido hace años atrás y que tienen mucho que ver con la realidad de hoy.

Es común que en las grandes ligas de fútbol los jugadores ingresan a la cancha con un niño tomado de la mano.

Siempre me pregunté cómo elegían a esos niños, quienes eran, de dónde venían.

Mi curiosidad fue aún mayor cuando un día observé a ese ídolo mundial que creo hoy representa al arquetipo de ejemplo a seguir, ingresando a la cancha no con uno, sino con dos niños.

Uno a cada lado.

Uno de ellos tenía en sus gestos algo especial.

La mirada le brillaba, la sonrisa permanente quedaba chica en su pequeña boca.

Mi curiosidad pudo más y busqué la historia, de quién se trataba aquel niño.

Me encontré en Afganistán, en un basural.

Allí donde las máquinas dejaban espacio para ingresar, libre de bombas y minas enterradas, cada mañana llegaba él y buscaba bolsas de basura.

Con ellas armaba una pelota y pasaba horas jugando y vitoreando el nombre de su ídolo.

Cuando los operarios de las máquinas, (quienes ya lo conocían) le preguntaban por el ídolo, el niño con un extraño brillo en sus ojos decía: Algún día lo voy a conocer.

Ese era su sueño.

Murtaza, de apenas 5 años de edad, en esos momentos era feliz.

Un día uno de los operarios encontró unas bolsas a rayas verticales y se las dio a Murtaza.

El hermano mayor del niño confeccionó con ellas la camiseta del seleccionado de su ídolo.

Bastó un bolígrafo para estampar el número y el nombre.

Murtaza ahora sí salía a “la cancha” con la camiseta oficial.

Ya estaba más cerca.

Y como los sueños solo tienen la condición de ponerse en marcha para ser cumplidos, la foto que tomó el hermano de Murtaza y una publicación en la red social hicieron el resto.

En varias oportunidades Murtaza le pedía a sus progenitores una camiseta del seleccionado o del club donde jugaba su ídolo.

Sin embargo en el distrito de Jaghori no era posible conseguir aquellos artículos.

La familia de Murtaza ni siquiera tenía una televisión.

Por eso cada vez que jugaba su equipo en la liga o el seleccionado del País de su ídolo, Murtaza iba a la casa de unos vecinos.

Y así como tanta porquería corre por las redes, también la imagen con el sueño de Murtaza siguió corriendo en las redes.

Se hizo tendencia.

Y llegó donde debía llegar.

Aquel día una comitiva de UNICEF llegó con un paquete al pequeño pueblo.

Dentro de él había un balón y dos camisetas, cada una con la firma del ídolo estampada.

Murtaza casi se desmaya de la emoción.

No pudo dormir por varios días.

Pero aún faltaba lo mejor.

La federación Afgana de Fútbol recibió un correo personal del ídolo y otro oficial del club donde estaba fichado desde hacía tantos años.

En Diciembre de 2016 el estadio de Dohar, en Qatar, el equipo local Qatari y ganador de la liga de ese País jugó un amistoso con el Barza.

El ídolo ingresó al estadio, como todos sus compañeros y rivales, tomando de la mano a los niños de UNICEF, pero en primer lugar, a la derecha del máximo goleador de todos los tiempos, estaba Murtaza.

El sueño se había cumplido.

Murtaza no perdía detalle de aquella “pulga” que a sus ojos era un gigante.

Lo abrazaba con sus dos manos.

Mayor sorpresa fue cuando todos los niños salieron pero su ídolo lo invitó a quedarse, incluyendo que fue él quien colocó la pelota en el centro de la cancha y se sacó la foto oficial del partido, siempre de la mano de su ídolo.

Aquel gigante había demostrado una vez más que podía cumplirle los sueños a aquellos que lo siguen viendo como alguien a seguir por su ejemplaridad.

Aquel mismo que no dudó en enviar respiradores para sus conciudadanos en plena (y ya olvidada por muchos) pandemia los cuales aún hoy siguen pudriéndose en un depósito por mezquindades políticas.

Por miserias humanas.

Está en cada uno de nosotros, aunque ya viejos y decepcionados, en seguir soñando.

En seguir a ese ídolo que por sus virtudes y su esfuerzo aún nos hace pensar en un mejor mañana.

Está en nosotros creer que podemos ser esos pequeños Murtaza, pero para ello debemos ir detrás de ese sueño.

Que todos alrededor sepan de qué valores están hechos nuestros sueños.

Que todos alrededor vean nuestro ejemplo y se contagien de ello.

Te pido entonces en esta sencilla Plegaria, sobre todo en éstos tiempos electorales que me des la Fé para seguir detrás del simple sueño de buscar y encontrar a ese ídolo que me represente.

Porque el ídolo es aquel que mejor expresa con hechos nuestros ideales, nuestros sueños, nuestras aspiraciones personales como sociedad.

Buen Domingo.

LHS

  • Autor: Pampa Dormida (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 20 de agosto de 2023 a las 07:31
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 7
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