Cada vez que te acercas sin avisar
o me hablas al oido entre susurros.
Soy hielo que con cada roce tuyo
se desgasta y se derrite,
dejando una mancha efimera en la ropa.
Como un loco cruzo las calles,
persiguiendo a mi sombra.
Sumergido en el charco de mi memoria,
nado intentando atraparte
y quitarte la ropa.
Escondido entre zarzas te robe besos con sabor a moras.
Hambriento, me gusta comerte
cual tosta untada de nocilla por las dos caras.
Me chupo los dedos,
mientras me voy por el desagüe de tu ausencia.
Comentarios1
Pareciera cuestionas la autenticidad de las conexiones y cómo buscamos llenar vacíos emocionales con experiencias efímeras y la sensación de pérdida que acompaña a la ausencia de alguien importante.
Saludos a ti
Gracias por tu lectura Elthan. Un poco de todo ello, pero visto con mucha paz. Es una ausencia que te queda lleno. Pura paradoja, amigo.
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