El porvenir se inunda de tristeza,
el inerte cuerpo perece en el suelo.
Cuatro ruedas declararon su fin.
El rojo vehículo de rojo se ensangrentó
Un grito, un aullido, nada se escuchó.
No era alemán, no era inglés,
simplemente un mestizo
que ya no podrá morder.
Nadie reclama a su triste muerte,
su cuerpo se descompone en tan sucia banqueta.
Sin manada, sin nada, su muerte es solitaria.
Pobre, el perro quedó tirado,
su dueño... ¡Su amigo!, no recae en el llanto,
Solo no respira.
Él recibió el primer impacto.
- Autor: Luis Otero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de agosto de 2023 a las 23:57
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Una voz, Mauro Enrique Lopez Z., Luis 091
Comentarios1
Yo veo que tratas de decir que debemos observar toda la panorámica. El final es desgarrador, lo fue el principio, y el desarrollo, pero el cierre, contundente. Saludos poeta.
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